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Usar aceite tras la playa y otros 11 trucos infalibles con los que rehidratar la piel y prolongar el bronceado

Descubre cómo cuidar y mimar tu rostro y tu cuerpo después de un intenso día de exposición al sol


15 de agosto de 2024 - 0:32 CEST

El verano nos regala un tono dorado en la piel que nos encanta lucir. Pero, ¿cómo hacer que ese bronceado dure más tiempo? Y lo que es más importante, ¿cómo cuidar nuestra piel después de una exposición solar? A continuación, te presentamos 12 trucos infalibles para mantener tu bronceado y rehidratar tu piel después de un día de playa.

La piel, después de un día bajo el sol, necesita una atención especial. La exposición a los rayos UV puede resecarla y dañarla, por lo que es fundamental hidratarla en profundidad y protegerla de agentes externos. Por ello, es importante saber cómo devolverle a nuestra piel esa hidratación y salud que siempre debe tener.

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Aclarado con agua dulce

Después de un día de playa, es fundamental ducharse con agua tibia antes de regresar a casa. El agua salada, aunque refrescante, puede deshidratar la piel si no se elimina correctamente. En muchas playas encontrarás duchas públicas diseñadas justamente para este propósito. Un enjuague con agua dulce ayudará a retirar los residuos de sal y otros elementos presentes en el agua de mar, manteniendo tu piel más hidratada. 

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Al llegar a casa

Una vez en casa es momento de una ducha más profunda. Para cuidar tu piel, lo ideal es utilizar agua tibia en lugar de caliente. El agua caliente puede resecar la piel, especialmente después de la exposición al sol y al agua salada. Una ducha tibia y de corta duración ayudará a eliminar los restos de arena, sal y protector solar, sin dañar tu piel y permitiéndole retener su hidratación natural.

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Hidratación profunda

Después de cada ducha, es fundamental hidratar la piel en profundidad, especialmente si has pasado el día en la playa. Aplica una crema hidratante rica en ingredientes como aloe vera, vitamina E y ácido hialurónico, que ayudarán a calmar, reparar y retener la humedad en tu piel. Presta especial atención a las zonas más expuestas al sol, como el rostro, los hombros y las piernas, ya que suelen ser más sensibles y requieren de una hidratación extra.

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Siempre 'aftersun'

Después de disfrutar del sol, el aftersun se convierte en tu mejor aliado. Este producto no solo calma la piel y alivia posibles irritaciones, sino que también ayuda a prolongar el bronceado. Es importante elegir uno adecuado para tu tipo de piel y aplicarlo generosamente después de cada exposición solar. De esta manera, asegurarás una piel hidratada, luminosa y protegida.

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Aloe vera para las quemaduras solares

Si te has expuesto demasiado al sol y has notado enrojecimiento o quemaduras, el aloe vera es el elemento que necesitas. Este ingrediente natural calma la piel irritada, alivia la sensación de ardor y acelera el proceso de reparación. Sus propiedades hidratantes y regeneradoras ayudan a rehidratar la piel en profundidad, aliviando las molestias causadas por las quemaduras solares y favoreciendo una rápida recuperación.

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El poder de los aceites

Los aceites corporales son otra excelente alternativa para cuidar tu piel después de un día de playa. Su textura ligera y nutritiva se absorbe rápidamente, proporcionando una hidratación profunda y prolongando la duración del bronceado. Enriquecidos con vitaminas y aceites esenciales, estos productos ayudan a reparar la piel, dejándola suave, luminosa y protegida. Además, su agradable aroma te transportará de vuelta a tus vacaciones.

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Piel exfoliada

Además de hidratar y nutrir tu piel con aceites corporales, es fundamental realizar una exfoliación suave una vez a la semana. Este proceso elimina las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel, revelando una tez luminosa, suave y uniformemente bronceada 

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Mascarillas hidratantes

Para una hidratación extra, incorpora a tu rutina de cuidado mascarillas hidratantes corporales. Aplícalas una vez a la semana para nutrir tu piel en profundidad y devolverle su luminosidad. Estas mascarillas proporcionan una hidratación intensiva, mejorando la textura y el aspecto general de tu piel.

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Beber abundante agua

Para lograr una piel radiante y saludable, la hidratación es clave. Beber abundante agua a lo largo del día es fundamental para mantener tu cuerpo hidratado desde dentro. Cuando tu cuerpo está bien hidratado, tu piel se ve más luminosa, tersa y saludable. El agua ayuda a eliminar toxinas, mejora la elasticidad de la piel y contribuye a un aspecto más juvenil.

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La importancia de una buena dieta

Los alimentos ricos en betacarotenos, como las zanahorias, los cítricos y los tomates, junto con las legumbres y el aceite de oliva, son la opción perfecta para prolongar ese tono dorado. Estos alimentos, repletos de antioxidantes, ayudan a proteger tu piel y estimulan la producción de melanina, el pigmento responsable del bronceado. Además, hidratan y nutren tu piel desde el interior, favoreciendo un bronceado más duradero y uniforme.

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Uso de autobronceadores

Si deseas lucir un bronceado radiante durante todo el año o intensificar el color obtenido en tus vacaciones en la playa, los autobronceadores se convertirán en tus mejores aliados. Estos productos te permiten conseguir un tono dorado de forma segura y gradual sin necesidad de estar constantemente expuesta al sol. 

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Cuidados diarios

Cuidar la piel después de un día de playa es fundamental para mantenerla hidratada, sana y potenciar un bronceado bonito y duradero. Sin embargo, no debemos olvidar que estos cuidados no deben limitarse únicamente a los días que pasamos en la playa. Incorporar una rutina de cuidado facial y corporal diaria, incluso fuera de la temporada de verano, es esencial para mantener una piel radiante, hidratada y saludable a largo plazo.