Con la "huella estética" en primer plano y sus secuelas, los rellenos clásicos están empezando a tener sustitutos que, por el contrario, no dejan impacto en el rostro. Mejorar sin transformar: esa es la máxima de la nueva medicina estética regenerativa. Lograr una piel luminosa, sana, con tono uniforme, sin artificios y sin huella estética (referido al impacto que dejan en el rostro algunos rellenos médico estéticos); este es el rumbo que se ha marcado la medicina estética en este momento.
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La cirujana y médico estético María Vicente asegura en este sentido que "llevamos más de 20 años acuñando el lema "mejorar sin transformar" que hoy en día está más de actualidad que nunca. Y es que, la medicina regenerativa (una rama que busca regenerar los tejidos y órganos) pone a disposición de los médicos herramientas para mejorar la calidad de la piel Y en este sentido, juegan un papel importante los nuevos polinucleótidos". Y de estos últimos vamos a hablar en profundidad, porque en en ellos donde está la clave actual.
¿Qué son los polinucleótidos?
Lo primero de todo, ¿qué son los polinucleótidos? Según nos explica la cirujana y médico estético Virtudes Ruíz, "son cadenas o grupos de nucleótidos, que son las unidades básicas que forman parte de estructuras como el ADN y el ARN, cuya misión es la estimulación de la producción de colágeno y elastina, la renovación celular y la mejora de la hidratación -ácido hialurónico-, sin aportar volumen, ya que no actúan como rellenos, sino como bioestimuladores”.
Entre sus beneficios están la restauración de los tejidos, devolviéndole un aspecto sano, fresco y joven; la recuperación de la elasticidad perdida, la tersura y la firmeza de la piel; la redensificación sin dar volumen extra, además de tener acción antioxidante y prevenir el envejecimiento. En esto último, actúan mejorando las líneas de expresión, arrugas, manchas o incluso cicatrices de acné.
Los polinucleótidos se infiltran bajo el tejido, de forma intradérmica, como tercer paso en protocolos de bioestimulación de la piel como el que ofrecen en los centros de Virtud Estética. Previamente, se realiza un peeling con alfahidroxiácidos para preparar la piel y que reciba mejor los tratamientos y una inducción de colágeno a través de microneedling, lo cual abre canales para facilitar la mejor penetración de activos. Tras la inyección intradérmica de los polinucleótidos, se sella el tratamiento con una terapia de luces LED, dejando el rostro sin signos de cansancio, unificado, firme y sin imperfecciones.
¿Para quién está recomendado?
La Dra. Vicente recuerda que "se recomienda a partir de los 30 años, paara prevenir los signos de envejecimiento. Y después de los 40 años, para revertir la flacidez, las arrugas y las manchas". En cualquier caso, deben tomarse algunas precauciones: “hay que evitar tomar el sol en 48 horas y utilizar fotoprotección alta todos los días. Tras finalizar el tratamiento la piel puede quedar un poco enrojecida (eritema) y pueden aparecer unas pequeñas petequias (puntos rojos) que desaparecen en 48 horas y se pueden disimular bien con maquillaje”, aconseja la Dra. Ruíz. Su precio: 299€/sesión.
Y en cuanto a sus resultados, las expertas aseguran que se consiguen unos niveles muy altos de hidratación y antioxidación. Y sobre todo, sin esa temida huella estética que hace que te puedas arrepentir.