Muchas veces, el cuerpo nos habla y notamos cambios a los que casi no le damos importancia, es nuestro organismo que está intentando decirnos algo. Es aquí cuando los expertos nos hacen preguntarnos sobre el cuidado de nuestra microbiota, recientemente investigada que tiene mucha más importancia en nuestra salud de lo que creemos. Hemos aprendido con Marta Verona, que el cuidado de nuestra microbiota intestinal es esencial en muchos aspectos.
Quizás si hablamos de “flora intestinal” el concepto es más familiar, porque la microbiota intestinal ha recibido muchos nombres desde su descubrimiento. Independiente de cómo se nombre, se refiere a toda la comunidad de organismos microscópicos que viven en nuestro intestino. De hecho, cada vez es más frecuente que escuchemos hablar de la microbiota intestinal y de cómo influye en nuestro bienestar.
La importancia de una microbiota en equilibrio
El correcto mantenimiento de la microbiota interfiere en gran medida en nuestra salud digestiva: desde ayudarnos a digerir algunos alimentos y absorber determinados nutrientes esenciales, hasta producir sustancias que nuestro cuerpo no puede por sí solo.
Una microbiota en equilibrio puede ejercer otras funciones. Por ejemplo, nuestra microbiota produce triptófano e influye en que algunos neurotransmisores como la serotonina (conocida popularmente como «la hormona de la felicidad») realicen su labor correctamente.
De la misma forma, la conexión eje intestino-cerebro, es fundamental para comprender cómo nuestras emociones y comportamientos pueden influir en la salud digestiva y viceversa. Asimismo, una microbiota saludable también influye en la calidad de la piel. Esta regula la producción de lípidos y proteínas, ambos componentes fundamentales de la barrera cutánea. Por último, una microbiota intestinal sana garantiza una mejor salud íntima femenina: un mejor período, embarazo y menopausia.
¿Qué altera nuestra microbiota y cómo podemos cuidarla?
- La edad es un factor clave. El sistema inmunitario de las personas de edad avanzada se debilita, y a menudo la dieta cambia circunstancialmente.
- Se ha visto que, tras un tratamiento de unos días con antibióticos, el número de bacterias de la microbiota intestinal disminuye en un tercio.
- Con la dieta no solo nos nutrimos, sino que también alimentamos a nuestras bacterias e incorporamos nuevos inquilinos a nuestra microbiota.
- Los viajes, ya que durante los mismos suceden cambios de descanso, de dieta, de consumo de aguas o de hábitos relacionados con el ritmo intestinal.
Dicho esto, nuestra microbiota necesita una alimentación variada, muy rica en fibras y probióticos (como los que se encuentran en yogures, leches fermentadas, kéfir u otros). Es recomendable incluir alimentos que contengan tanto prebióticos como probióticos en nuestra dieta diaria, por sus beneficiosos efectos sobre la microbiota intestinal. Seguir un patrón de dieta mediterránea con frutas, verduras y hortalizas, lácteos (yogures, leches fermentadas y quesos), así como cereales integrales, legumbres y frutos secos, aceite de oliva, entre otros, nos ayuda a mantenernos sanos.
¿Cómo ayudan los probióticos a mantener en equilibrio la microbiota?
Los probióticos son microorganismos vivos que al consumirse en cantidades adecuadas tienen un efecto beneficioso para la salud. Por ese motivo es muy aconsejable su consumo para mantener una microbiota sana. Pueden estar presentes en algunos alimentos de consumo habitual, como, por ejemplo, los lácteos fermentados, como los yogures o el kéfir.
Y una de las marcas que primero se nos viene a la mente para incluir los probióticos en nuestra dieta es Activia. Si te preguntas por qué cada vez más personas, incluida Marta Verona, la eligen, hay varios motivos. Lo primero, es que es una leche fermentada hasta con 5 bacterias, aportando mayor diversidad de probióticos que un yogur tradicional, así como ha demostrado que sus probióticos naturales llegan vivos a la microbiota, esencial para que los probióticos tengan efecto y ayuden a equilibrarla. Otro de los aspectos que más nos gustan de Activia es que el 100% de sus ingredientes son de origen natural, y muy sabrosos. Además, incluir sus productos en nuestra dieta es muy fácil, ya que los puedes tomar cuando más te guste, ya sea por la mañana en el desayuno, en salsas o bien de postre.
Entrevista con Marta Verona: «Si nuestro cuerpo hablara, pediría a gritos que cuidáramos la microbiota»
¿Por qué es tan relevante la microbiota para la salud?
Si nuestro cuerpo hablara, nos pediría a gritos que cuidáramos de la microbiota por sus múltiples funciones. Lo primero y más importante es que interviene en gran medida en nuestra salud digestiva,; incluso es capaz de producir ciertas sustancias que nuestro cuerpo no puede por sí solo, como algunas vitaminas.
No obstante, la microbiota tiene un papel importante en muchos otros terrenos. Influye por ejemplo en que algunos neurotransmisores como la serotonina (conocida como «la hormona de la felicidad») realicen su labor correctamente. Igual que unas bacterias en equilibrio tienen relación con mantener una buena piel.
¿Qué propiedades deben tener los probióticos para que sean beneficiosos para nuestra microbiota intestinal?
Lo de los probióticos no es el libre albedrío, hay que saber qué alimentos probióticos escoger. Aquí recomiendo marcas como Activia, una leche fermentada no con una o dos bacterias, ¡sino con 5! Además, Activia cuenta con el respaldo de la ciencia, ya que hay más de 20 estudios científicos publicados que avalan su calidad, y es la única que ha demostrado que sus probióticos llegan vivos a nuestro intestino. Y no puede faltar el kéfir, que contiene levaduras y es un alimento que cada vez está más presente en las rutinas alimentarias.
¿Qué comidas recomiendas para ayudar a equilibrar la microbiota?
Cuidar nuestra microbiota debe ser algo rutinario, como lavarnos los dientes. Para ayudar a equilibrarla, debemos tomar probióticos como los de Activia todos los días. Incorporar probióticos en nuestra dieta es fácil gracias a la versatilidad de las leches fermentadas, que podemos tomarlas tal cual en el desayuno en forma de bol con fruta y frutos secos o en salsa para un dipeo saludable.
¿Cómo sería un menú ideal para mantenerla en buen estado?
Cada persona es un mundo, y algo que yo defiendo siempre es que una comida sana también tiene que estar rica. Mira, este es un ejemplo de menú diario en el que podemos incorporar probióticos y prebióticos en cada comida.
- Desayuno: Pudding de Activia, cacao y semillas de chía
- Comida: Zanahorias y pollo glaseado con salsa tzatziki
- Merienda: Bol de Activia con fruta
- Cena: Papardelle de calabacín con salsa césar de kéfir.