¿Encuentras ciertas similitudes entre la cuesta de enero y la vuelta al trabajo después de las vacaciones de verano? ¿Te dan las dos cosas una pereza parecida porque implican una suerte de esfuerzo sobrehumano? En ¡HOLA! te hemos hablado de los pros y los contras del ayuno intermitente y te hemos revelado todo lo que necesitas saber si no quieres hacer dieta sobre esta práctica milenaria que se ha convertido en tendencia. Si estás leyendo esto es porque te planteas llevarla a cabo para perder los kilos que hayas cogido en verano. Según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad, en verano se suele engordar entre tres y cinco kilos y se aumenta gravemente la grasa abdominal. Pero, ¿qué opinan al respecto los que más saben del tema? Al parecer, los dietistas-nutricionistas coinciden en los efectos de practicar ayuno intermitente después de vacaciones. Te revelamos los cinco puntos clave de sus reflexiones.
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-Y el mejor horario de ayuno intermitente si quieres perder peso y dormir mejor es...
El descanso digestivo que proporciona el ayuno intermitente es positivo
No solo durante las vacaciones sino en cualquier momento del año, "el descanso digestivo del ayuno intermitente es muy beneficioso porque es un proceso fisiológico necesario". Eso dice la dietista-nutricionista, Ana Gloria Cantos Aguilar. "El ayuno intermitente prolongado trae beneficios al organismo porque, mientras no está haciendo el proceso de digestión, el organismo puede activar los distintos mecanismos que tiene para limpiarse y detoxificarse", asegura la experta. Está de acuerdo con ella la dietista- nutricionista Paloma Quintana Ocaña. "El ayuno intermitente me parece coherente fisiológicamente hablando", dice la fundadora de Nutrición con Q. "Me parece muy saludable en el contexto actual de excedente de calorías y exceso de comidas, pero hay una parte de mi que está cansada del halo mágico del ayuno", dice la también colaboradora de televisión.
Si se hace, ha de ser de forma coherente y pautado por un profesional
Paloma Quintana está en contra de que se ensalce el ayuno y no se hable de otras prácticas básicas como: llevar una vida más activa, no exponernos a pantallas de luz azul por la noche, dormir mejor, llevar una vida más satisfactoria para con nuestros seres queridos... Asegura que "de nada sirve hacer un ayuno de 16 horas si después estás comiendo fritos y rebozados y bebiendo cerveza". "El ayuno intermitente tiene sus ventajas porque proporciona un descanso digestivo pero no tendría todos los beneficios que se le asocian si no se mejoran otros aspectos del estilo de vida", esclarece la divulgadora. Completan sus palabras las de Ana Gloria: "No lo recomiendo para utilizarlo como una estrategia de compensación de los excesos del verano o como método para adelgazar", dice tajante.
No es para todo el mundo
Para Paloma Quintana, "hay un componente conductual importante asociado al ayuno intermitente". Según Ana Gloria, "a pesar de que es una práctica que sí funciona porque nos permite activar el complejo motor vibratorio (que sirve para limpiar el tubo digestivo e impedir el sobrecrecimiento bacteriano) y dejar tranquilo el sistema digestivo para que se pueda reparar, no es para todo el mundo porque el hecho de estar pendiente de las horas a las que se puede o no comer puede generar cierta ansiedad y dependencia así como puede despertar un deseo que antes no se sentía por comer ciertas cosas".
Bien hecho, puede enseñarnos a comer de forma más consciente
"Ahora que estamos acostumbrados a comer a todas horas, el ayuno intermitente es una buena práctica para empezar a entender que no cualquier momento es bueno para hacer una ingesta", dice Quintana. "A pesar de que comamos sano, vivimos en un contexto en el que es muy fácil estar comiendo a todas horas", sostiene llamando a la reflexión. "En general, todos cometemos un error de timmings que excluye los descansos digestivos", asegura la experta. Para ella, en este sentido, el ayuno intermitente sí podría venirnos bien.
¿Y si te aficionas a cocinar?
"El ayuno intermitente puede provocar que hagamos comidas contundentes más elaboradas, porque, cuando hacemos una única comida o dos, no elegimos unos "pistachitos envueltos en chocolate o una barrita". Lo que ocurre cuando hacemos ayunos intermitentes es que desplazamos los picoteos", comenta Paloma Quintana. La experta pregunta de forma retórica si hay acaso algo más efectivo que comer solo dos veces al día. "Nos quejamos porque no tenemos tiempo para cocinar pero si solo hacemos dos buenas comidas, nos estamos ahorrando muchos minutos en la cocina", nos dice.
En definitiva, si te estás planteando hacer un ayuno intermitente para compensar los excesos del verano, tienes que saber que muchos expertos coinciden en que, concebido de esta forma, el ayuno intermitente no es sano. "Si el cuerpo necesita hacer ayuno, te lo va a pedir, solo hay que saber escuchar", dice Ana Gloria. "Bien llevado y pautado por un profesional, sí puede ser interesante", añade. El consejo que ofrecen ambas es que seamos coherentes y que tratemos de no comer a todas horas y aprender a descansar, sencillamente. "Adelantar la cena en una sociedad como la española que está acostumbrada a cenar muy tarde es más importante que hacer ayuno intermitente", dice por su parte Paloma Quintana simplificando muchísimo la moda del ayuno y animándonos a apostar por lo básico: comer con gusto, cabeza, de forma natural y nutritiva cuando nuestro cuerpo, de verdad, lo necesita.