El sábado 25 de marzo, Teresa Baca le daba el "sí, quiero" a Álvaro Torres Calderón en una ceremonia celebrada en la finca El Pino de San José (Sevilla). En la misma hacienda, la novia se preparó parasu día especial y eligió dos looks de belleza diferentes para sendos vestidos espectaculares, ambos de la firma Antonio García: el primero para contraer matrimonio con el ejecutivo deportivo, y otro para la fiesta posterior. Toda una experta en sentarse en la silla de peluquería y maquillaje por su amplia experiencia como modelo, la también periodista confesaba mientras que el maquillador Ramón Ríos daba los últimos retoques no haber sido capaz de dormir la noche anterior; aunque el resultado final fue sencillamente perfecto gracias a algunos de sus trucos de belleza infalibles.
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El moño de novia ideal
Aunque llevar la melena peinada con ondas ha sido desde siempre el look estrella de la sevillana -nos reveló sus mejores secretos para mantener un rubio perfecto cuando se convirtió en embajadora de HOLA-LÀ-, para el día de su boda recurrió al clasicismo del moño alto de bailarina que despeja el rostro, un look que se logró con productos de L'Oréal Professional y Kérastase. En este caso, centró la atención en el vestido de cuello alto en chantilly y los impresionantes pendientes de brillantes de Bárcena. Como truco para conseguir un mejor agarre en cualquier recogido, lavar el pelo el día anterior o prepararlo con productos texturizadores asegura la duración. Sin embargo, la novia se guardaba una sorpresa para la fiesta posterior al enlace.
Ondas, el look predilecto de Teresa Baca
Como te adelantábamos y ha demostrado la novia en muchas ocasiones, sus señas de identidad beauty incluyen un melenón rubio y peinado con las ondas que potencian el volumen, precisamente el que eligió para acompañar a su segundo look firmado también por Antonio García. La técnica con la que alcanzar un resultado tan bonito pasa por partir de un cabello completamente seco y marcar la ondulación de medios a puntas con la ayuda de una herramienta de calor (plancha o tenacilla): a los mechones más cercanos al rostro se les da la forma hacia fuera para enmarcar los rasgos y al resto en direcciones alternas para conseguir un acabado fresco y natural.
Labial rojo para la fiesta
Si el peinado pasó de recogido a suelto al revelarse el segundo vestido, el maquillaje también se intensificó con el cambio. Para las primeras horas de su gran día y utilizando productos de Lancôme, el maquillador Ramón Ríos creó un ahumado en tonos marrones oscuros que emarcaban a la perfección los ojos, un look centrado en la mirada al que Teresa recurre a menudo para sus eventos prefesionales y que mantuvo en la fiesta posterior aunque con una diferencia evidente: al labial nude de subtonos rosados de los primeros momentos le tomó el relevo un rojo pasión vibrante en clave festiva.