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Nacieron para facilitar la higiene de enfermos, ancianos y personas encamadas, pero son tan prácticas que su uso se ha hecho viral y se llevan en el bolso.
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Si sales de viaje, llévatelas contigo, te van a hacer falta para limpiar superficies y mantener la higiene personal a raya.
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Advierte a tus hijos de su existencia y pónselas en la mochila, seguro que las usan en mil ocasiones.
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Tu fuente de higiene inmediata que te evitará cargar con esponjas húmedas y botes de jabón cuando vayas al gimnasio.
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Pueden partirse fácilmente por la mitad para aprovecharlas mejor y llevar cómodamente en el bolso.
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Limpian el barro seco, el chocolate, los lápices de colores... Una ayuda de primera para los niños en el colegio, en el gimnasio, en el patio...
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Ponlas en la maleta para viajes cortos, de trabajo, o largos, de ocio, verás como las usas y te alegras de llevarlas porque te sacan de apuros.