El perfume de otoño que utiliza María Pedraza es la mejor elección para el planeta

La noche es el momento del instinto natural, de la intensidad y del misterio. Un estado que nos recuerda a la flor de iris.

Y ha sido esta colección de emociones la que ha inspirado la nueva fragancia de Adolfo Dominguez, Iris Vainilla, un aroma que desprende una esencia poética, sensual y evocadora.

María Pedraza vuelve como imagen de marca, mostrándonos su lado más enigmático en un campo lleno de iris al anochecer y con una premisa que introduce el viaje olfativo de Iris Vainilla: «Sentir que nada oculta lo que soy», ni la propia oscuridad.

Al igual que la vainilla, el iris se puede definir como una flor de ensueño, con un aura misteriosa y tentadora, como la misma noche. La personalidad de esta flor se contagia en aquellas que perfuman su piel con la fragancia.

Todo perfume de valor esconde tres momentos claves en su viaje olfativo: la salida, el corazón y el fondo. En este caso, destacan la grosella en la salida, el iris en el corazón y en el fondo, la vainilla.

Los ingredientes de Iris Vainilla, que son en un 95% de origen natural, no son lo único que hace que su compromiso con la naturaleza sea único. Tanto el frasco, como el tapón, el diseño o el packaging son eco o están hechos con materiales reciclados.

Adolfo Dominguez demuestra que su compromiso con la naturaleza va más allá de las colecciones de moda. Esta fragancia, que se ha convertido en el primer perfume ambarado de la marca, lo tiene todo.