Sobran las palabras cuando hablamos de ella. Mar Saura es como los buenos vinos, con el paso de los años, mejora. Actriz, presentadora y, por encima de todo, madre de dos hijos, la catalana atraviesa ahora uno de sus mejores momentos tanto a nivel personal como profesional. A caballo entre México y España, Mar siempre reserva unos días del verano para pasarlos en su paraíso particular, Ibiza, donde un año más, además de presumir de su familia ha lucido un espectacular tipazo.
Y es que a sus 46 años, Mar Saura parece haber dado con la fórmula mágica del elixir de la eterna juventud. No solo no aparenta la edad que tiene, sino que, comparando sus fotos actuales con las de hace años, por ella el tiempo parece pasar de largo. Pero, ¿cuáles son sus secretos de belleza?
Una de las máximas de la actriz y modelo es cuidarse sin obsesionarse. “Prefiero comer más y quemarlo en el gimnasio” confesaba Mar a ¡HOLA! . Y es que a pesar de que intenta llevar una alimentación lo más sana posible, la catalana hace deporte varias veces a la semana. Además se cuida la piel haciéndose un peeling una vez a la semana. “No creo en milagros, pero sí en la constancia. Dedicar cinco minutos diarios a desmaquillar, tonificar e hidratar la piel es una rutina que hago por la mañana y por la noche, siempre” afirma Mar en nuestra revista.
Alegre, positiva, cariñosa, constante, luchadora con temperamento, y demasiado perfeccionista, adjetivos con los que ella misma se ha definido, Mar también practica reiki, algo que le ayuda a nivelar la energía y hace que se sienta fenomenal. “Intento meditar cinco minutos cada mañana para visualizar cómo quiero, cómo me imagino que será mi día. Es una filosofía que he adoptado del libro El club de las cinco de la mañana, de Robin Sharma». Meditación, deporte, un poco de lectura y de agradecimiento a la vida por permitirme vivir y disfrutar un día más” declaraba la actriz en ¡HOLA!.
Y aunque Mar intenta ser lo más metódica posible sin obsesionarsehay algo a lo que nunca puede decir que no y eso es un buen plato de patatas fritas con mayonesa y muchísima sal, una de sus grandes perdiciones y por la que merece la pena saltarse la dieta de vez en cuando.