Esta temporada hemos comprobado cómo los looks de maquillaje se resuelven con ahumados en tonos sorprendentes que dejan a un lado al negro de siempre. La reina Letizia se convirtió en uno de los máximos exponentes de la tendencia con su aparición en los Premios Princesa de Asturias gracias al tono granate que utilizó durante 24 horas con un resultado espectacular. María Valverde también se apuntó a la moda de las sombras cromáticas en Los Ángeles con el degradado en clave rosa salmón que cargaba a la mirada de dulzura y romanticismo. Y como confirmación de que este otoño la creatividad se lleva (y mucho), Diane Kruger ha asistido a la gala del American Ballet Theatre de Nueva York con unos smoky eyes hipnóticos que también han convencido a Olivia Palermo.
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El delineado azul turquesa de Diane Kruger
Para su cita otoñal con el ballet, Diane Kruger arriesga y gana con su look de maquillaje apto hasta para las más clásicas. Y es que, la clave para apuntarse a esta tendencia de maquillaje con un enfoque discreto consiste en imitar a la inolvidable Helena de la película Troya centrando el color tan solo en la línea de agua. El resultado es tan favorecedor como perfecto para aquellas que suelan elegir al negro para eventos de gala, como hizo la alemana con su espectacular vestido de lentejuelas y mangas de volantes firmado por Carolina Herrera.
El truco para conseguir un resultado clásico pero con un giro de modernidad a lo Diane Kruger consiste en apostar por un acabado fresco en la piel que, en el caso de la intérprete, permanece con su brillo natural aunque realzado por el discreto toque de colorete con el que resalta la redondez de las mejillas. En cuanto a la mirada, una sombra marrón topo es la encargada de aumentar la profundidad de todo el párpado superior, un color neutro que vibra gracias al delineado azul turquesa con el que se recorre toda la línea de agua incluyendo el lagrimal.
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El ahumado oceánico de Olivia Palermo
Por el contrario y para las que no teman los looks de aire dramático, Olivia Palermo apareció en el American Ballet Theatre con un ahumado intenso a juego con su tocado de lentejuelas en el que un azul océano rodea por completo todo el perímetro de la mirada: desde el lagrimal hasta el extremo contrario y saturando de pigmento todo el párpado móvil. Como foco de luz, la empresaria e it girl neoyorquina descubre la tonalidad complementaria que crea un acabado en clave acuática: el verde oliva de fórmula brillante que reserva para el tercio interior del párpado, un truco que abre la mirada con tanta efectividad como el toque de sombra dorada y luminosa que aplican las celebrities zonas estratégicas.
Aunque Olivia elige una versión más intensa del maquillaje azul del momento, al igual que Diane ella también cumple esta regla de belleza que asegura el equilibrio: elegir tonos naturales y un acabado suave en el resto del rostro. Para ello, la luminosidad es de nuevo la clave para sumar frescura al look y también la elección de un labial nude como el que llevaron nuestras protagonistas al evento. La mejor parte de la tendencia es que tanto la actriz como la empresaria demuestran que favorece a cualquier color de ojos con un resultado igual de impactante.