La primera vez que Mary Greenwell maquilló a Diana fue para una sesión de fotos de la revista Vogue, tenía 29 años. Aunque la profesional está acostumbrada a trabajar con supermodelos y estrellas de Hollywood, afirma que la princesa era “sorprendente y magnética”. Recuerda que, gracias a la calidez de su trato, pronto se hicieron amigas. La maquilladora animó a Diana a huir de los artífices y apostar por un estilo más natural que realzara su belleza. El delineador azul quedó atrás.