Emily Weiss, de periodista a empresaria billonaria: la belleza en sus manos

Estudió Historia del Arte, compaginó su trabajo de becaria en una redacción con su blog de belleza y, ahora, Emily Weiss es una empresaria con ganancias astronómicas gracias a su marca de belleza


20 de febrero de 2021 - 13:34 CET

La historia de Emily Weiss no es una historia cualquiera. Es la historia de cómo una chica que en 2007 comenzó sus andanzas como asistente de redacción en una revista de moda americana se ha convertido, 13 años después, en CEO de su propia empresa con beneficios billonarios. Conocimos a Emily en The Hills, un reality show en el que se narraban las aventuras de un grupo de chicas de 20 años que empezaban a trabajar en el competitivo universo de la moda. Weiss se mudó a la Gran Manzana con 18 años para estudiar en la Universidad de Nueva York el grado en Historia del Arte, mientras lo compaginaba con sus prácticas en moda y belleza . Durante este periodo se dio cuenta de que existía una brecha en la información de este tipo de contenidos y lanzó en 2010  Into the Gloss , la semilla de su futuro empresarial. Se trataba de un blog que comenzó de manera inocente en sus ratos libres y de madrugada, y que terminó siendo una idea visionaria con unas ganancias de 10,4 millones de dólares.

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En 2010 Emily Weiss lanzó su blog, con el que ganó 10,4 millones de dólares. En 2014 creó su marca de belleza, que hoy está valorada en 1,2 billones de dólares
© GettyImages

Con una mezcla de recursos empresariales bien empleados, Emily Weiss ha conseguido que su marca sea un objeto de deseo gracias a productos que, muchos de ellos, no superan los 20 dólares y que cuentan con una lista de espera de 10.000 personas.

Tras conseguir monetizar de esta manera tan exitosa su blog, Emily Weiss, después de llevar años hablando sobre todo tipo de productos de belleza, y algo mejor, probando todo aquello que pasaba por sus manos, descubrió que podía revolucionar este mundo creando una firma de cosméticos  para todos, en especial para las   millennials .  Glossier  nació a finales de 2014 y, para que nos hagamos una idea del impacto en la industria, en 2018 obtuvo unas ganancias de 100 millones de dólares; y en la actualidad, está valorada en 1,2 billones. ¿Cómo lo ha conseguido? Conozcamos más de cerca este prodigio beauty.

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Entre sus clientas se encuentran desde Michelle Obama a Emma Watson o Elettra Wiedemann. porque no solo de estrategia vive Glossier: sus cosméticos son aplaudidos y admirados porque cumplen lo que prometen

“Cuando comencé con Into The Gloss, quería hacer de la belleza un elemento de estilo personal, como la moda. Al entrevistar a cientos de mujeres, me di cuenta cada vez más de cómo era de defectuoso el paradigma de la belleza tradicional. Históricamente, ha sido una industria basada en expertos que dicen al cliente lo que debe o no debe usar”, afirma Emily Weiss cuando habla sobre por qué decidió lanzar su propia firma de belleza.

Entre sus clientas se encuentran desde Michelle Obama a Emma Watson o Elettra Wiedemann 

 Glossier  irrumpió en el mercado con cuatro productos, concretamente eran mascarillas para el rostro, y ahora cuenta con cuatro líneas que se dividen en  cuerpo , cuidado facial,  maquillaje   y fragancias. Además, Emily Weiss no solo ha conseguido con su marca enseñar una nueva forma de entender la belleza, sino que se ha convertido casi en un estilo de vida y, por ello, diseñó hace dos años su colección de ropa para poder vestir como las dependientas de su flagship. ¿Curioso, verdad?

El centro de operaciones se encuentra en el Soho neoyorquino. Allí, en uno de los barrios más vanguardistas de la Gran Manzana, la legión de fans de la generación G - así es como Weiss llama a sus clientas - hacen cola frente a un establecimiento en el que es imposible descifrar qué es lo que hay dentro. Un edificio blanco de construcción industrial, custodiado por dos chicas -con un pinganillo, vestidas con pijama de color rosa, como si fueran médicos, y una sudadera en la que se puede leer Glossier- controlan la fila de chicas que quieren entrar a comprar o simplemente visitar la flagship de este fenómeno de la belleza. Es como si se tratase del último restaurante de moda de la ciudad.

© Glossier

© Glossier

Arriba, a la izquierda, la entrada de la flagship de Glossier en el Soho de Nueva York. A la derecha, las escaleras que conducen al universo beauty. Abajo, el interior de la flagship de Glossier en Nueva York.

Cuando consigues entrar, te avisan de que no puedes grabar ni hacer fotos a la tienda, solo en el espacio que tienen reservado para ello. La expectación que te crean resulta el mejor invento de marketing jamás visto.

Las puertas se abren y unas escaleras rojas te conducen hacia el universo Glossier, un espacio en el que probar y disfrutar de los productos sin límites. Y ahí es donde Emily cumple uno de sus objetivos: la democratización de la belleza de alta calidad. Las dependientas no te preguntan si necesitas ayuda, están ahí como una amiga más probando y jugando con los cosméticos. ¿Qué ocurre si decides comprar uno? Ellas te guían en la compra a través de una tableta, donde tienes que meter todos tus datos, tu método de pago, nacionalidad, correo electrónico - gran idea para conocer toda la información y poder dar siempre a tu cliente lo que quiere - y de repente tu producto aparece en un mecanismo rotatorio,  personalizado con tu nombre, en una bolsita rosa de burbujas -bautizadas como Bubblewrap-, y que son conocidas en todo el mundo gracias a lo virales que resultan en Instagram... Algo que no es casualidad.

© Glossier

Sudadera con capucha (37 €), marca Glossier

© Glossier

Su famosa hidratante (18 €), marca Glossier

© Glossier

Crema de manos (14€), marca Glossier

Con esta mezcla de recursos empresariales bien empleados, Emily Weiss ha conseguido que su marca sea un objeto de deseo gracias a productos que, muchos de ellos, no superan los 20 dólares. Y es que, no hay nada como conocer de cerca el mundo digital, donde todo es inmediato, y hacerte de rogar y conseguir que tus productos tengan una lista de espera de 10.000 personas.

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Entre sus clientas se encuentra desde  Michelle Obama  a  Emma Watson  o Elettra Wiedemann, porque no solo de estrategia vive Glossier: sus productos son aplaudidos y admirados porque cumplen lo que prometen. Sin embargo, lo malo de esta incipiente marca beauty es que en España solo se pueden comprar online. Aunque, pensándolo bien, puede ser otra de las tácticas de Emily, porque tal y como ella afirmó: “¿No sería genial si pudiéramos usar Internet para fundar una marca de belleza mejor?”.

REPORTAJE DE ¡HOLA! FASHION