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Inclusiva, fácil de compartir, sin barreras de género: esta nueva cosmética para dos es una de las grandes tendencias beauty de esta década.
Unisex vs. Genderless
La diferencia entre ambos términos es más conceptual -con un factor de moda y tendencia- que tangible. Los productos unisex parten de la base de la existencia de dos géneros –masculino y femenino–, mientras que el concepto genderless –también llamado genderneutral, es decir, neutral en género– incluye también conceptos no-binarios o fluidos.
Bajo el paraguas de este nombre se incluye una cosmética destinada tanto a hombres como a mujeres que se caracteriza por renunciar a los conceptos, denominaciones, colores, aromas, o packaging asociados tradicionalmente con lo femenino o con lo masculino. Visualmente, se traduce en envases de líneas limpias y sobrias en colores neutros como el blanco, verde, beis, crema o gris claro, de aspecto similar al de la belleza de farmacia, y, olfativamente, en notas frescas, como las cítricas o herbáceas.
Fragancias: volver al origen
La creación de perfumes ‘para hombre’ o ‘para mujer’ no es algo que siempre existiera: todo lo contrario. En la historia de la perfumería, no se distinguía entre géneros: las creaciones olfativas eran más bien una señal de estatus social y económico, pues solo las personas adineradas podían permitirse ese lujo.
Bajo se incluye una cosmética destinada tanto a hombres como a mujeres que se caracteriza por renunciar a los conceptos, denominaciones, colores, aromas, o asociados tradicionalmente con lo femenino o con lo masculino
El sentido del olfato no entiende de sexo, y pensar que los aromas más florales son para mujeres y los amaderados y especiados, para hombres es algo totalmente cultural, como adjudicar el rosa a las niñas y el azul, a los niños. (Curiosamente, a finales del siglo XIX, el rosa era considerado color de chicos y el celeste, de chicas). De hecho, en la cultura oriental, es habitual que los hombres prefieran las fragancias florales.
En el siglo pasado, muchos de esos códigos comenzaron a darse la vuelta. Primero, fue la adopción por parte de las mujeres de míticas fragancias masculinas, como Eau Savage de Dior, o Vetiver de Guerlain, cuyo frescor atraía a las mujeres que huían de los aromas más intensos.
A finales del siglo XIX, el rosa era considerado color de chicos y el celeste, de chicas
Poco después aparecieron aromas que, desde su concepción, se escapaban de los códigos de género tradicionales. No solo el mítico cKOne, considerado uno de los hitos de la perfumería unisex , sino aromas como Original Musk de Kiehl’s, o White Musk de The Body Shop. Una tendencia que abrazan de forma clara las fragancias de autor como Escentric Molecules, Serge Lutens o Editions de Parfum Frédéric Malle, que, desde su nacimiento, prescindieron de la división por géneros, una tendencia ya imparable e instaurada.
Piel: diferente e igual a la vez
¿Tiene sentido hacer una cosmética genderless cuando las características de la piel femenina y masculina son diferentes? Sí y no. Ambas presentan ciertas diferencias –los hombres tienen la piel más grasa, resistente y gruesa–, pero también comparten necesidades comunes, como hidratación, nutrición o protección solar.
Se trata de buscar el activo y la fórmula que necesita cada piel de forma individual y no cada sexo de forma genérica. Por ejemplo, una pareja puede compartir un mismo sérum antioxidante y luego, la piel más seca –sea la de él o la de ella–, usar una crema emoliente y la más grasa, una loción oil-free.
© Guerlain
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