Firme defensora de los derechos de la mujer y con la naturalidad por bandera, a Sara Sálamo le gusta mostrarse tal y como es. Tanto es así, que muchas veces utiliza sus perfiles en redes para lanzar reflexiones o consejos a sus seguidores. Por eso su última confesión no nos ha pillado -del todo- por sorpresa. Y es que, apenas unas semanas después de dar a luz a su segundo hijo, Piero, al que dieron la bienvenida el pasado 30 de diciembre, la actriz ha querido hablar abiertamente sobre los problemas de la etapa postparto. Más concretamente, la caída del cabello.
- Sara Sálamo se corta el pelo en casa y no sale como ella esperaba
A raíz de las imágenes en las que la actriz Lea Michelle muestra la impresionante caída que está sufriendo su pelo cuatro meses después de dar a luz, Sara ha decidido compartir su experiencia. "Ole por ella. Yo me quedé absolutamente calva con mi primer hijo. Tanto fue así que en el rodaje de la última película que rodé, tuvieron que taparme algunas calvas con un spray ??", ha explicado la actiz a través de sus redes. Más tarde, ha publicado un vídeo mostrando el estado actual de su melena, tumbada en lo que parece la cama o el sofá y protegida del frío con una manta de borreguito. "Con el segundo todavía no me ha pasado, pero veremos a ver... Dejadme disfrutar todavía del pelasssssso", explicaba entre divertida y preocupada.
La caída del pelo tras dar a luz: un problema muy común
Y es que, si hay algo que caracteriza a la actriz es su impresionante melena. Sin embargo, este fenómeno es completamente normal, según afirman los expertos. Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer sufre diversos cambios derivados de la necesidad de cuidar del feto y aportarle todo lo que necesita para su correcto desarrollo. Cambios que se manifiestan de manera más evidente en las uñas y el pelo. Pero además, tras el nacimiento el cuerpo de la madre vuelve a experimentar importantes cambios hasta que se recupera, en lo que se conoce como la época postparto. Semanas en las que es habitual que la caída del pelo se multiplique llegando incluso a duplicarse. Como le sucedió a Sara, y ahora a Lea, la caída se hace más notable durante el tercer o cuarto mes tras dar a luz, y suele remitir a los seis meses.