Siempre se muestra a corazón abierto y es habitual que comparta con sus seguidores profundas reflexiones en las que habla sobre los temas que más le preocupan. Esta semana, Vega lo ha vuelto a hacer. La cantante cordobesa se ha sincerado en las redes sociales para hablar de la pandemia del coronavirus, concretamente de las secuelas que le ha dejado. "Hace un mes me diagnosticaron una alopecia, secuela de COVID. La estoy tratando a ver si hay suerte. Mi espalda está dolorida, todos los días, a partir de la media tarde me cuesta aguantar el tipo, a veces falta el aire y las migrañas se suceden danzando despreocupadas", ha explicado, confesando que "de ahí la vanidad de una foto con pelo mientras dure. No me asusta, ya me vi rapada al cero por voluntad".
La que fuera concursante segunda edición de Operación Triunfo, de 41 años, cuenta que después de mucho tiempo sin maquillarse decidió hacerlo para una entrevista y aprovechó para hacerse esta foto en blanco y negro: "He concluido que se me ha olvidado mi cara de #selfish, que a penas comparto mi cara en las redes salvo que tenga algo que decir. Salvo hoy. Que tengo tan poco que decir como mi foto". Vega, que durante la pandemia decició tomar distancia y alejarse de las redes sociales, cuenta que: "Uno vive conforme a sus prioridades, responsabilidades, temores y vanidades, a su juicio de lo justo y coherente, de sus sueños. Me refugié en un refugio, no es redundante, es literal. Aquí, en esta cabaña, empiezo a sentirme simplemente mi propia víctima, víctima de todo eso, desde mis propias prioridades hasta mis sueños".
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Como siempre, la intérprete de Mejor mañana o Una vida contigo ha recibido el apoyo incondicional de muchos compañeros de profesión, como es el caso de su amigo Manuel Carrasco, que ha comentado: "¡Tan de verdad tú! Palante". Además, sus fans se han volcado con ella para mandarle mensajes llenos de cariño: "Cuánto me identifico con tu texto...", "¿Cómo puedes sentirte tan mal y ser luz para tantos?", "No puedo admirarte más... eres un ser maravilloso", "Qué palabras más sinceras y reales", "¿De cuál no has salido tú? De esta saldrás igual de bien", "Un beso enorme Vega, me gusta escucharte, y me gusta leerte", "Mucho ánimo y fuerza"...
Su análisis de todo lo que está pasando
Además de contar las secuelas que le ha dejado el coronavirus, Vega también ha hecho balance de cómo ve la situación actual. "Sea como fuere mi cabeza seguirá igual de redonda, igual de terca, igual de obstinada, igual de tierna, igual de fría, igual de llena que a fin de cuentas es lo que más me importa. ¿O no? ¿O quizás sea algo que me repito a diario para mirar a otro lado? Para no ser la loca que mira mal y perjura en silencio cuando ve una mascarilla mal puesta, adolescentes y no tan adolescentes obviando no solo una normativa que todos nos esforzamos en cumplir, sino el sentido común y empático. Hay días que me hablo sola y me repito "no seas la cascarrabias que gruñe por todo", "la gente tiene que vivir para no morir en vida", "¿acaso tú misma estás bien en tu encierro absoluto 100% voluntario?" No, no estoy bien", asegura. Para ella, lo más importante es "el respeto por los demás, la empatía" y es consciente de que "lo más preciado que uno tiene es su familia, sus vidas, su vida". "Pienso en cada negocio cerrado, cada autónomo agonizando, la hostelería, la cultura y en adelante muchos otros cayendo al pozo del olvido. Esa actitud le quita la vida a los más vulnerables (y a los que no... nos deja secuelas jodidísimas), y vuelve totalmente vulnerables a los que quedan con vida". Para terminar, la artista cordobesa denuncia que "no hay sentido de la comunidad" y se queja de que "una sociedad fragmentada es individualista, carente de todo, y solo atiende al interés propio". "Por eso sigo andando callada, dejando que cada uno hago acopio de su libertad para ser mejor persona y mejor ciudadano. Lo hago porque voy a seguir llegando puntual a mi cita con mi conciencia, esa que a pesar de estar cansada, dolorida, aislada de los amigos, con sus mayores lejos... jamás verá impasible cada muerto que suma a la cifra diaria de fallecidos. Esa soy yo ahora. La que ya no sabe qué pensar y camina ausente. Ausente pero decidida, porque encontraré la forma de volver a vivir".
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