5 trucos para aplicar correctamente el protector solar y proteger tu piel en verano
Aunque pienses que sabes utilizar este cosmético, seguro que cometes algún que otro fallo
Se acerca el buen tiempo y con él las soñadas vacaciones, las escapadas a la playa o a algún rincón paradisiaco. Seguro que ya has pensado qué bikinis llevarás en tu maleta, has decidido que las alpargatas te resultarán más cómodas que las sandalias y no estás dispuesta a olvidarte tu vestido favorito. Pero en lo que quizá no has pensado es en el protector solar. Muchos expertos aseguran que se trata de la mejor medida ante el envejecimiento de la piel y, como han demostrado muchos estudios, ayuda a prevenir enfermedades tan serias como el melanoma. Lo que no todos saben es que existe una forma correcta de aplicarlo que empieza por elegir el que más se adecúa a cada persona. Para que siempre encuentres la tuya Lancaster, firma experta en el estudio de los efectos de la luz sobre la piel, desarrolla sus productos con un propósito claro: livewithlight. O lo que es lo mismo, que disfrutes de todo lo bueno del sol en tu día a día.
1. Busca un protector que se adapte a tus necesidades
Seguro que, en más de una ocasión, después de varios días aplicándote el protector solar has notado cómo la piel de tu rostro se salpicaba ligeramente de granitos y enrojece. Eso se debe a que no has elegido el producto más adecuado para las necesidades de tu piel. Además de al tono es necesario prestar atención a sus necesidades. Por ejemplo, una piel sensible necesita una formulación que, además, de protegerla, la cuide. Pensando en ello, Lancaster ha desarrollado la línea Sun Sensitive, una protección pensada para las pieles más sensibles que no quieren renunciar a un bronceado bonito. Un motivo por el que incorporan agentes calmantes combinados con activadores de la melanina.
2. Aplica un protector solar de calidad
No existe la protección total, pero si productos que aseguran un mejor resultado, como las cremas de Lancaster que, gracias a su tecnología Full Light ofrecen una protección única en el mercado, ya que actúa contra todos los haces de luz que componen los rayos del sol: los UVB, que queman la piel; los UVA, que la envejecen; la luz visible, que favorece la aparición de manchas; y los infrarrojos, responsables de la flacidez. Además, para que consigas el bronceado más favorecedor, incorporan un complejo activador del bronceado, también patentado por Lancaster, que estimula la producción de melanina, acelerando el proceso y prolongándolo durante más tiempo. Por si eso fuera poco incorporan otra tecnología punta, un complejo antioxidante que neutraliza hasta el 95% de los radicales libres producidos por el medio ambiente.
3. No elijas el mismo producto que utiliza tu mejor amiga
Sobre todo si ella es muy morena y tú más bien pálida. Si tu piel se enrojece con facilidad cuando la expones bajo el sol, lo mejor es que elijas un producto con un factor elevado, es decir, de los que viene marcado con un 50+. Aunque pienses que con esta protección elevada no lograrás ponerte morena en realidad es un mito. El número indica la cantidad de la radiación que se filtra, es decir, un 50%. Lo que si podéis compartir es la textura de vuestro producto. Si prefieres uno tipo gel antes que una crema tradicional adelante, lo importante es el índice de protección.
4. No uses el protector que dejaste a medio el año pasado
Aunque la fecha de caducidad de los cosméticos suele ir reflejada en el envase, lo cierto es que una vez abierto hay que tomar ciertas precauciones. En primer lugar, es importante comprobar que el bote quedó correctamente cerrado, que ha estado guardado en un lugar alejado del sol y que no ha cambiado ni de color, ni de olor, ni de textura. Aun así, los expertos indican que este tipo de productos suelen caducar a los nueve meses, por lo que es recomendable elegir un nuevo cada verano.
5. Utiliza la cantidad justa, y aplícalo varias veces
Según explican desde la Asociación de Dermatología y Venereología Española, no es necesario utilizar una cantidad demasiado elevada de protector para proteger la piel. Vaya, que esas personas que se quedan blancas de tanta crema no están haciendo lo correcto. Lo importante es cubrir toda la superficie de la piel (utilizando unos 36gr para cubrir el cuerpo de un adulto, unas seis cucharaditas de café) y aplicar de nuevo a las dos horas. También hacen especial hincapié en que es mejor utilizarla media hora antes del baño para que sea efectiva.