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Se trata de uno de los gestos más importantes a la hora de maquillarte y, sin embargo, no todas las mujeres le dedican la atención necesaria. Debes ser consciente de que tu beauty look puede fracasar por completo si no escoges y aplicas de forma correcta este cosmético y sí, estamos hablando de la base de maquillaje. Conciénciate, toma nota de estos puntos básicos a seguir en tu rutina de belleza y empieza a presumir, desde ya, de un rostro impecable.
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Todo lo que debes saber sobre tu base de maquillaje
Pongamos las cartas sobre la mesa. El primer punto que determinará el resultado de tu base es la hidratación previa, esto es así. Este producto que es un básico en cualquier neceser, ya sea femenino o masculino, no solo te ayudará a hidratar tu piel sino que también la alisará. Preparar el lienzo sobre el cual comenzar a maquillar es fundamental para que todo queda según lo desees. Si, además, tu piel luce apagada puedes optar por exfoliar tu cutis y retirar las células muertas, este paso le devolverá un toque de brillo.
No te encierres en una sola tonalidad. El color de tu piel va cambiando a lo largo del año en función de la época, así, en invierno tendemos a estar más blancas y a presentar mayores rojeces que en verano. Prueba tres tonalidades diferentes sobre tu rostro, escoge aquella que más se adapte a tu piel y ves cambiándola según tus necesidades. Si no encuentras tu color exacto puedes mezclar dos diferentes para conseguir un mejor resultado e incluso si deseas que el acabado sea efecto cara lavada puedes incluir, también, una crema hidratante en la mezcla.
Para aplicarla de forma correcta es fundamental tener los instrumentos adecuados. ¿Quieres un acabado profesional? Escoge una brocha mofeta, modelo ideal para bases tanto fluidas como en polvo. Esta opción combina pelo sintético con pelo natural y da un acabado muy ligero. Si deseas conseguir un efecto segunda piel también es importante que midas la cantidad de producto que utilizas ya que excederte hará que el resultado resulte artificial y demasiado evidente.
Una vez te dispongas a distribuirla debes intentar hacer movimientos rápidos y pasar la brocha sin apenas tocar la piel, así conseguirás un resultado perfecto y, sobre todo, natural. Comienza aplicando la base en la famosa zona T (frente y nariz) yendo así del centro hacia los extremos. Para facilitarte la aplicación y controlar la cantidad puedes echar la base sobre la mano contraria a la que usas y untar de ahí la brocha. Debes evitar frotar o presionar en exceso, haz movimientos circulares punteando con ligeros toques. Es importante que si has aplicado previamente corrector de ojeras fundas ambos cosméticos difuminándolos bien para evitar cortes que afeen el acabado.
Si tienes la piel grasa y no deseas que aparezcan brillos a lo largo del día ni quieres que tu maquillaje se resienta aplica polvos matizadores en la zona 'T' una vez hayas puesto la base, ¡te verás perfecta todo el tiempo!