Otra vez la Navidad: el exceso de comida, de dulces, de alcohol, la falta de ejercicio…. Todo acaba sumando y el resultado final son unos kilitos de más al pasar las fiestas. No es fácil mantener el peso cuando perdemos la rutina en todos los aspectos y, por ello, es muy importante seguir una serie de recomendaciones para no caer en los atracones navideños y tener que recurrir después a las perjudiciales dietas milagro. Empieza por aplicar estos consejos de la experta en nutrición Marta Lorenzo para que las comidas navideñas no te pasen factura.
- No abandones tu entrenamiento. La primera máxima ha de ser no descuidar nuestra rutina de ejercicio, si es que la tenemos. Es la mejor manera de compensar los platos más copiosos y calóricos. Y, en caso de no practicar ejercicio habitualmente, puede que sea hora de empezar. Intenta, por lo menos, salir a caminar una hora/hora y media todos los días.
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- Cuidado con hacer dietas muy hipocalóricas a lo largo del año. Acostumbrar al organismo a comer pocas cantidades, hace que el metabolismo se enlentezca y, con ello, tendréis mayor facilidad de coger peso y sufrir efecto rebote. En nuestro día a día debemos llevar una dieta equilibrada sin prescindir de ningún alimento, así nuestro cuerpo estará acostumbrado a digerirlo sin dificultad y no llegaremos tan ansiosos por comer 'lo que no debemos'.
- Haz cinco comidas al día. Es importante no llegar con mucha hambre a las comidas-cenas navideñas de empresa o de amigos. Un truco para controlar las cantidades es servirnos nosotros mismos, a poder ser en un plato pequeño, de manera que visualmente parezca que estamos comiendo más y no nos veamos tentados a repetir.
- En caso de comer fuera, intenta elegir menús que no sean muy calóricos o evita mezclar demasiado. Y en las comidas-cenas familiares, si hay posibilidad de elegir el menú, intenta incluir algo de verdura o fruta que os ayude a saciaros un poco y, de esta manera, reducir las calorías totales de las comidas.
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- Controla las cantidades a la hora de hacer la comida o cena en los días puntuales, ya que si no, nos pasamos toda la semana comiendo sobras. Esto es muy importante porque lo ideal es que los días que no tengamos ningún compromiso llevemos una dieta normal rica en fruta y verdura. Eso no quiere decir que hagamos una dieta hipocalórica, al contrario, solo una dieta normal que incluya mayoritariamente estos alimentos. Otra recomendación es intentar poner aperitivos poco calóricos como, por ejemplo, pepinillos en vinagre o cebolletas, jamón serrano en vez de chorizo, mejillones, boquerones en vinagre...
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- Intenta que las cenas de Navidad sean cenas más ligeras que las comidas, ya que por la noche una cena copiosa no se digiere correctamente y nos va a hacer engordar más que si la cena es ligera. Es decir, intenta cenar pescado o marisco y deja la carne para la comida.
- Evita los dulces navideños los días no considerados festivos, y en caso de comerlos, nunca hacerlo después de comer ni de cenar, sino tomarlos, por ejemplo, en el desayuno o la merienda. De esta manera, no complicaremos más todavía nuestra digestión. Una tentación dulce y saludable puede ser una taza de cacao caliente que, a diferencia del exceso de calorías que nos aportan turrones y polvorones, los expertos lo consideran un superalimento estupendo para estas fechas, capaz de regular el peso y con grandes beneficios para nuestra salud cardiovascular.
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- Por supuesto, cuidado con el alcohol. Son fechas en las que abusamos de las bebidas alcohólicas; lo cual produce hinchazón y deshidratación de manera considerable. Es muy importante no olvidarnos de beber agua suficiente. En personas adultas sanas se recomienda beber agua entre 1,5 litros y 2 litros al día.
Y lo más importante, ¡vuelve a la rutina en cuanto las fiestas hayan terminado!