Cómo entrenar tu cerebro para cambiar los malos hábitos que no te dejan perder peso
A la hora de adelgazar, el cerebro y nuestra mente juegan un papel muy importante. Piensa, por ejemplo, en todas las excusas que nos ponemos al día: “no tengo tiempo”, “es muy difícil”, “no podré”… Pero, entrenar el cerebro para cultivar un estilo de vida más saludable y cambiar de hábitos está en nuestras manos. A través de terapias como el coaching nutricional, el mindful eating o la psiconutrición, conseguiremos corregir esos malos hábitos que sabotean nuestra dieta. El objetivo es reformular nuestras costumbres y adquirir otras más ‘healthy’. ¿Cómo? Los expertos en nutrición del método Kilosout -basado en la psicología y el aprendizaje de hábitos nutricionales- nos proponen unas sencillas pautas que, con un poco de práctica, nos ayudarán a mantener un peso saludable en el tiempo.
- Dejar de contar calorías y/o pesar los alimentos; y aprender a sentir cuándo comenzamos a estar saciados. Las calorías no son tus enemigas. La dieta que sigas, además de ser supervisada por un especialista, debería tener el objetivo de enseñarte a comer para llevar una vida más saludable, no a crearte una obsesión que pueda volverse insana. Poner el foco en el acto de comer, y en las sensaciones que estamos experimentando, contribuye a generar una mayor satisfacción que cuando lo hacemos en modo ‘automático’.
- Aprender a escuchar a nuestro cuerpo. Es fundamental aprender a identificar las señales que emite nuestro cuerpo para saber cuándo realmente tenemos hambre (es decir, el cuerpo necesita nutrientes) o estamos nerviosos, tristes, aburridos... A esto se le llama hambre emocional, tras el que se esconden los indeseables “atracones” y el sentimiento de culpabilidad.
- Lee: ‘Mindful eating’ (o cómo comer con conciencia)
- Llevar un diario de alimentos. Escribir cada día lo que comemos nos ayuda a darnos cuenta de cuáles pueden ser esos alimentos no tan saludables que están provocando que aumentemos de peso y perjudicando nuestra salud. Por ejemplo, ¿te has parado a pensar en la cantidad de azúcar total que ingieres al día?
- Lee: ¿Por qué debemos reducir el consumo de azúcar?
- Conectar con el propósito de aprender a comer sano. No se trata de vivir el cambio como una prohibición; sino como un proceso en el que disfrutemos de cuidarnos y conseguir nuestra mejor versión.
- Lee: Las 7 reglas de oro para comer sano
- Respirar, respirar y respirar. Cuando te veas inmersa en una situación de estrés o ansiedad, concédete un momento: inhalar profundamente permite ralentizar las emociones y ordenar los pensamientos. Unos minutos de meditación al día (entre diez y veinte) tienen unos resultados fantásticos.
- Encontrar alternativas saludables a lo que más nos gusta. Existen cientos de recetas e ingredientes que son incluso más apetitosas que las habituales, y que nos permiten disfrutar de nuestros “caprichos” de un modo que no solo sacian nuestra emoción, sino que “nutren” nuestro cuerpo con alimentos naturales y saludables.
- Lee: Cómo reemplazar el azúcar por alternativas más saludables
- ¡Haz ejercicio! Mucho más importante que el número de calorías que consumes o el peso que te devuelve la báscula. El ejercicio físico es una de las medidas de prevención para luchar contra numerosas enfermedades y, por supuesto, también tiene otros efectos positivos como la pérdida de peso, la mejora de la postura, la prevención de lesiones… Con 30 minutos al día será suficiente para obtener resultados.