Piel más luminosa y bonita gracias a la exfoliación, ¿sabes cómo hacerlo correctamente?

Si deseas que tu cutis luzca tan radiante como el Patricia Conde es fundamental que lleves a cabo una rutina 'beauty' completa, dentro de la que debes incluir la exfoliación.

Por Rocío Jiménez

Hay un punto fundamental en toda rutina de belleza que no todas las mujeres siguen pese a ser no ser un hábito diario y costoso, ¿sabes a qué nos referimos? Si pensaste en la exfoliación diste en el clavo. Realizar este tratamiento es básico para eliminar impurezas y células muertas y darle a tu piel un toque de brillo y luminosidad. Cristina de Hoyos, dermatóloga y directora técnica de Clínicas Ceta, nos cuenta cómo llevar a cabo una buena exfoliación para que, como Patricia Conde, tú también seas la envidia de las redes sociales gracias a un cutis liso y saludable. Eso sí, no olvides que este paso no servirá de nada si no lo completas de una correcta limpieza y una buena hidratación.

Manual para una buena exfoliación

Comencemos por el principio, ¿cada cuánto hay que realizarse una exfoliación para mantener la salud de la piel? “Lo ideal es realizar al menos una sesión a la semana, dependiendo del tipo de jabón exfoliante que usemos y del dispositivo, podremos hacerlo de una forma más frecuente sin riesgo de dañar la piel.” No excederse es fundamental pero, también, hacerlo de forma correcta. “Partiendo siempre de una piel húmeda extenderemos el jabón exfoliante con la yema de los dedos realizando círculos con una presión no muy intensa. Si dispones de un cepillo rotador colócalo sobre la zona a tratar manteniendo una presión constante y realizando varios pases.”

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¿Es necesario usar alguna herramienta o producto complementario para lograr mejores resultados? “Dependiendo del tipo de piel podemos usar algunos dispositivos que pueden ayudarnos a realizar una exfoliación más en profundidad. Si tu piel es sensible o reactiva y se enrojece con facilidad la exfoliación debe realizarse de una forma suave y solo usando el jabón exfoliante. En cambio, si tienes una piel resistente puedes contribuir a lograr un mejor resultado con el uso de un cepillo rotador. En el caso del resto del cuerpo puedes, además, usar un guante  y ojo porque deberás secarlo y limpiarlo adecuadamente entre exfoliación y exfoliación”.

A la hora de escoger tus exfoliantes debes tener en cuenta que “un jabón puede contener, o no, “detergente”, pero siempre debe llevar una sustancia granulada que permita levantar las células muertas de la capa córnea de la piel. Más allá de esto no es necesario que contenga ningún principio activo específico ya que se trata más de un proceso mecánico que químico y lo que hace es preparar la piel para aplicar, a continuación, cualquier sustancia que queramos que haga efecto en profundidad”, véase un sérum o  crema hidratante. Pero, eso sí, es importante que no uses para tu rostro el mismo producto que para el cuerpo, en el mercado encontrarás diferentes opciones adaptadas a todo tipo de pieles y zonas.

No olvides que este proceso tiene múltiples beneficios: limpia, purifica y tonifica tu cuerpo, renueva las células, activa la micro-circulación, combate la antiestética piel de naranja, evita que el vello se te enquiste y regula la piel grasa, ¿qué más se puede pedir?

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