La estrella Disney Dove Cameron es toda una aficionada al iluminador, producto que utiliza prácticamente en todos sus looks beauty para resaltar su mirada y dotarle de una mayor amplitud. Este cosmético, aplicado de forma correcta, puede hacer grandes maravillas con tu maquillaje aportando a tu rostro un toque de luz pero utilizarlo puede ser más complicado que salir del Ikea. A base de probar una y otra vez, esta joven ha aprendido a dejar atrás estos problemas tan comunes que hemos recopilado para que puedas evitarlos y sacar el máximo partido a tu neceser.
Cuatro errores a evitar al usar iluminador
- La primera en la frente, así se podría definir este primer error considerado por los expertos como el más común y fatídico. Escoger mal la tonalidad de tu iluminador puede estropear tu look beauty por completo, por ello es importante tener en cuenta el tono de tu piel a la hora de decantarte por uno u otro color. Para las pieles más oscuras o bronceadas los mejores tonos son los dorados o bronce, en cambio, para las pieles medias el champán y dorado claro le aportarán ese punto de luz que necesitan. Si tienes la tez clara escoge tonos marfil y plateados, es decir, los colores más claros.
- Cada cosmético tiene su función y sustituir unos por otros no es nunca una buena opción. otro de los errores que más cometemos es cambiar el corrector por el iluminador lo que nos da un resultado nada favorecedor, el odiado efecto “oso panda” que tantas veces hemos podido ver entre las celebrities. Cuando recurrimos a este producto para dicha función al no tener mucho poder de cobertura tendemos a excedernos con la cantidad aplicando una capa demasiado espesa bajo los ojos. Grábate esto en la mente: el iluminador no tapa sino que resalta. Al igual que este producto no puede disimular tus ojeras ni ningún otra imperfección tampoco podrás disimular una nariz prominente, lo único que harás será proyectarla hacia fuera y llamar aún más su atención, por lo tanto no lo pongas en el centro de la nariz, pronunciarás el puente incrementando su tamaño.
- El orden de aplicación de los productos si altera el resultado final. La operación correcta sería comenzar usando tu base de maquillaje extendiéndola bien mediante movimientos circulares, después seguir con el corrector para cubrir aquellas imperfecciones que estropean tu cutis así como las ojeras y, en tercer lugar, aplicar el iluminador para aportar un toque de luz a tu apagado rostro. Y ¡ojo! porque debes ponerlo con suavidad para evitar retirar la base y, por supuesto, usarlo en las zonas apropiadas, así por ejemplo si tienes la piel grasa deberías evitar saturar la zona T para controlar los brillos.
- Escoger mal el formato. Existen diferentes opciones de iluminadores en el mercado: fluido, el polvo y lápiz. Si te decantas por una base de maquillaje líquida no uses un iluminador en el mismo formato ya que solo conseguirás crear parches irregulares, apuesta mejor por su versión en polvo.