Después de más de dos décadas en la cima de Hollywood, Salma Hayek sigue demostrando cada año que no hay quien la pare. Entrada de lleno en la década de los 50, la mexicana se prepara para el estreno de su tercer largometraje en lo que llevamos de año, El otro guardaespaldas. Sin embargo, más allá de su prolífica carrera como actriz, Hayek puede presumir de ser una de las mujeres más bellas y con una de las figuras más envidiables del planeta.
Consciente de su anatomía, la intérprete de Desperado ha convertido las redes sociales en el mejor escaparate en el que poder presumir de sus encantos. Precisamente estos días, la mexicana conseguía subir la temperatura de Instagram tras publicar una serie de fotografías en las que aparece disfrutando de sus merecidas vacaciones de verano. Unas instantáneas con las que probablemente muchos se pregunten si la actriz, que cumple 51 el próximo 2 de septiembre, ha encontrado la fuente de la eterna juventud. Porque, ¿qué hay detrás de la belleza de Salma Hayek?
En una reciente entrevista para el diario New York Times, la mexicana confesaba que para estar perfecta a su edad llevaba a cabo una serie de rituales beauty que aprendió de su abuela: “Me enseñó que la piel repone todo lo que ha perdido a lo largo del día por la noche. Por eso, nunca limpio mi piel por las mañanas”.
El agua de rosas y la crema hidratante se han convertido en sus grandes aliados, pero si existe un producto en el que realmente confíe, es un aceite de su propia línea de cosméticos, Nuance. El aceite de coco tampoco puede faltar en la rutina de belleza de Salma Hayek; en este sentido, la actriz lo utiliza para desmaquillarse. “Por la noche me desmaquillo con aceite de coco, luego caliento una toalla en el microondas con agua de rosas para eliminar los residuos y conseguir un poco de vapor. También uso un limpiador de camomila, aunque el de leche de almendras y miel también deja la piel muy suave”.
En cuanto a su pelo, uno de sus puntos fuertes, Salma reconoce que no suele teñirlo. “Es mi color natural, con canas incluidas. No me gusta teñirme, no quiero pasar el resto de mi juventud pretendiendo ser más joven y olvidándome de disfrutar de la vida”, explica la actriz para el medio estadounidense. También asegura que tampoco lo corta en exceso, salvo cuando sus peluqueros y estilistas lo hacen para algún evento o acto publicitario. “Lo mismo ocurre con las cejas; crecen y crecen hasta que mi maquillador me mira y me pide que haga algo con ellas”.
Por otra parte, Salma confiesa que, alrededor de cuatro veces al año, se pone en manos de Mikiko, una japonesa que viaja desde Tokyo a París o Londres y, junto a otro esteticista, le realizan masajes faciales a cuatro manos que consiguen relajar su rostro y aportarle un aspecto mucho más rejuvenecido. “¡Es una locura! Tienes que decir ‘ehh’ y ‘ahh’ y cuando estás diciendo ‘ahh’ una persona tira de tu lengua mientras la otra sujeta y masajea tu cabeza. Nunca he hecho nada parecido”.
Y aunque pueda parecer que Salma lleva una vida en la que la alimentación estricta y el ejercicio diario forman parte de su rutina para conseguir un cuerpo 10, la actriz asegura que no realiza ningún tipo de dieta, y que tampoco practica deporte. “No importa cuál sea mi filosofía de dieta porque no la sigo. No tengo disciplina, creo que es por el agotamiento. Me encantaría encontrar un nutricionista que fuese capaz de decirme qué comer. Lo único que hago es no comer carne todos los días”.