Lo último para hacer frente al estrés: volar en un túnel de viento
¿Alguna vez has querido experimentar qué se siente al saltar desde un avión a miles de kilómetros de altura? Entonces tienes que probar el último deporte de moda: paracaidismo en un túnel de viento. A diferencia de su hermano mayor, el paracaidismo al aire libre, se trata de una actividad apta para todos los públicos y sin riesgos, que nos permite sentir la adrenalina de observar el mundo desde las alturas. Y lo que es mejor: te pondrás en forma y conseguirás aliviar el estrés del día a día.
¿Qué es un túnel de viento?
“El objetivo del túnel del viento es poder practicar todas las maniobras que se realizan al saltar desde un avión, con la ventaja de que en el paracaidismo al aire libre llega un momento en el que tienes que abrir el paracaídas; y aquí podemos seguir practicando por tiempo ilimitado. Además, al ser una modalidad deportiva que se realiza dentro de un espacio acristalado (y controlado), se consigue llegar a un mayor público. Gracias a esta ventaja, el paracaidismo de interior ha crecido mucho en los últimos años; incluso han surgido nuevas disciplinas como, por ejemplo, el dinamic fly, una tendencia más artística de vuelos por todo el túnel de viento”, nos explica Paloma Granero, directora del primer centro de paracaidismo de interior en Madrid (Windobona) y, actualmente, única instructora especializada en este deporte –reconocido como tal por la Federación Aeronáutica Internacional en el año 2014- .
Beneficios de la práctica de paracaidismo de interior
Desde entonces, son muchos los adeptos que lo practican, no solo paracaidistas profesionales, que utilizan los túneles de viento para mejorar sus acrobacias y saltos; sino personas que no están acostumbradas a realizar deportes extremos, pero quieren experimentar la increíble sensación de volar. “Controlar tu cuerpo en el aire, saber desplazarte y volar, es una de las mejores sensaciones que he tenido. Al principio, hasta que se consigue un poco de experiencia, puede parecer complicado; pero una vez se llega a realizar el primer giro –uno de los primeros movimientos que se enseñan- se genera una fuerte confianza en uno mismo. Y es que nos reporta numerosos beneficios mentales: aumenta nuestra sensación de felicidad –gracias a la fusión de adrenalina y velocidad- y es un ejercicio desestresante que, además, fomenta la concentración”, matiza Paloma.
Por otra parte, en el paracaidismo de interior se utiliza toda la musculatura, de forma similar a otros deportes como el Pilates, donde se practican posturas de tensión muscular y elasticidad. “Al apoyarse el cuerpo en el colchón de viento que se genera dentro del túnel, se tensan y se trabajan todos los músculos –no de una manera demasiado fuerte, pero sí lo suficiente para poder mantenerse flotando en el aire-. También se trabajan otras habilidades como el equilibrio”.
Apto para todos los públicos
Pero, sin duda, lo mejor de todo es que se trata de un deporte al alcance de cualquiera. A diferencia del paracaidismo de interior, para el que no todas las personas están preparadas ni mental ni físicamente, volar en un túnel de viento es apto incluso para niños a partir de 4 años – siempre de la mano de un equipo de instructores cualificado-. Solo no está aconsejado para mujeres embarazadas y personas que hayan sufrido una luxación de hombro no recuperada. En caso de problemas cardiacos o de espalda, por ejemplo, siempre se cuenta con la opinión y diagnóstico de un especialista para ajustar el vuelo a las posibilidades de cada persona.
¡Volar como un pájaro ya es posible!