Y es que el ajedrez es mucho más que un juego de mesa o un mero pasatiempo. El Comité Olímpico Internacional (COI) lo considera ya como una disciplina deportiva; porque, aunque se trata de un deporte mental, es necesaria una muy buena preparación física. De hecho, jugar al ajedrez consume tantas calorías que es bastante común que los jugadores pierdan un par de kilos tras una competición. ¡Así que podemos decir también que es un deporte que nos ayuda a adelgazar!
La modelo Lily Aldridge, durante una sesión fotográfica.
Pero, sin duda, lo más significativo del ajedrez es que se trata una gran herramienta de entrenamiento cognitivo, que nos ayudará a estimular la mente y conservar nuestra memoria durante más años. “La carga cognitiva que se necesita para jugar al ajedrez es muy elevada. Necesitamos poner en funcionamiento nuestra memoria (recordar cómo mueve cada pieza), nuestra atención (focalizar nuestro foco atencional en el tablero y las piezas), nuestro pensamiento reflexivo (hay que tener en cuenta las intenciones del rival), nuestro razonamiento (pensar qué plan queremos trazar) y, por supuesto, mantener un elevado grado de concentración. Además de otros beneficios como: capacidad crítica, resolución de problemas, actitud pro-activa, planificación, organización, inhibición de impulsos…”, explica María Rodrigo, de Smartick, un startup española que ha puesto en marcha un método de aprendizaje online para fomentar las matemáticas, la robótica y el ingenio ente los niños y niñas con el objetivo de maximizar el rendimiento escolar.
“El beneficio que puede aportar el ajedrez desde edades muy tempranas es incalculable. Hay estudios que demuestran la mejora en matemáticas y lengua con la práctica continuada de ajedrez. Pero de más importancia son los beneficios extracurriculares que puede llegar a aportar porque el ajedrez, además de ser un deporte para nuestro cerebro, también es una ciencia y una escuela de valores”, apunta.
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5 maneras en las que el ajedrez mejora tu inteligencia emocional
Además de todo lo anteriormente expuesto, el ajedrez también desarrolla nuestra autoestima, la inteligencia emocional y las habilidades sociales. En definitiva, nos ayuda a vivir saludablemente, a entender nuestros talentos y debilidades y a alcanzar un completo bienestar mental.
- Nos enseña el significado de la derrota, a enfrentarnos y superar los sentimientos de frustración.
- Promueve la búsqueda de soluciones, haciendo que nuestra mente piense en diferentes alternativas para poder vencer al rival.
- Incentiva la constancia y la disciplina, dos piezas fundamentales para progresar en todas las facetas de la vida.
- Aporta fortaleza mental. Con la práctica continuada nos hacemos fuertes a nivel mental y esto se extrapola a la vida cotidiana. De esta forma, cuando surja un problema nuestra cabeza estará preparada para luchar contra las adversidades sin que ‘tirar la toalla’ esté entre uno de nuestros planes.
- Desarrollamos la empatía; ya que en cada jugada debemos ponernos en el lugar del rival para entender y comprender sus movimientos y, a partir de ahí, trazar nuestro plan. Nos ayuda a relativizar la victoria y la derrota y a conectar sentimentalmente con el rival.
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