A menudo escucho a personas que presumen de 'machacarse' en esta máquina de fitness, que imita el movimiento natural del cuerpo humano al andar agarrado a dos bastones –muy al estilo de la marcha nórdica–, y lo combina con el específico de las piernas cuando se entrena sobre una bicicleta. Con la ventaja de movernos sin impactar contra el suelo, y por lo tanto sin perjudicar las articulaciones (rodillas, tobillos, caderas…), ni sobrecargar la espalda.
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La elíptica viene muy bien para la quema de calorías, puesto que permite trabajar bien los músculos al obligar a mover las cuatro extremidades, de dos en dos hacía delante y hacía atrás, mientras el tronco está también en movimiento: torsión, giro de de hombros… Se trata de un buen entrenamiento cardiovascular, muy recomendable para personas con problemas articulares, sobrepeso o lesiones recurrentes. De hecho, estaremos –sin darnos cuenta– previniendo la osteoporosis.
Uno de los grandes atractivos que presenta, en especial para la mujer, es el trabajo de la parte inferior del cuerpo: piernas, glúteos, gemelos… no sobrecargando ninguno. Por eso es una buena opción para perder peso y grasa. Ayuda a tonificar los glúteos, haciendo que esta zona trabaje más que con otras máquinas de cardio, como la cinta de correr. Pero, además, al llevar a cabo un mayor trabajo de cuádriceps, vigorizamos los muslos de forma adecuada para logar unas piernas más firmes y bonitas.
Pero es importante mantener ciertos criterios a la hora de sacarle el máximo partido al entrenamiento sobre una elíptica:
- Es necesario un calentamiento progresivo, de forma que la entrada a la actividad sea gradual, para garantizar a la larga una mayor quema de calorías.
- Conviene elegir una buena intensidad, un esfuerzo adaptado a cada condición física, de modo que pueda mantenerse durante todo el ejercicio sin desfallecer.
- Debemos adoptar una posición correcta al emplear este aparato. Esto es, manteniendo la espalda recta, si bien el propio funcionamiento nos lleve a arquearla y adoptar un cierto encorvamiento.
- Y tratar de prolongar la actividad más allá de los 40-45 minutos, para que sea realmente efectiva.
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Y, si empezaba el artículo sorprendiéndome un tanto de quienes sólo acuden al gimnasio para montarse en la elíptica es un poco por temor, puesto que, si bien se han perfeccionado enormemente en estos años, el paso longitudinal que permiten dar no llega a ser 100% el patrón motor natural del ser humano.
Así que por ese motivo, y porque el objetivo de ir al gimnasio no sólo es estar en forma, sino conseguir que lo que hago me sirva para mi vida diaria –lo que se denomina 'la funcionalidad del ejercicio'–, convendría complementar la actividad sobre la elíptica con un patrón motor más asociado al ser humano, como la carrera o el paso. Por tanto, recomiendo terminar el ejercicio sobre una cinta, durante 7 u 8 minutos, dependiendo de la condición física de cada persona, y, por último, no olvidar los estiramientos dinámicos.
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