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Poco queda ya de aquella jovencísima Taylor Swift que, allá por 2006, empezaba a hacerse popular en el mundo de la música con su melena rubia rizada y sus rasgos aniñados, luciendo estilismos que parecían salidos de cuento y que se subía al escenario con su inseparable guitarra para cantar sus primeros éxitos, como Teardrops on my guitar y Our song. Con su imagen dulce e inocente se hizo mundialmente famosa, sin embargo, ya han pasado diez años y ahora no sólo se ha convertido en una de las cantantes más poderosas de todos los tiempos que arrasa en las entregas de premios, conquista en alfombras rojas y domina las redes sociales, sino que está en pleno proceso de cambio.
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La artista, que según reveló recientemente la revista Billboard fue la cantante mejor pagada en 2015, ha dicho bye bye a esa imagen de 'niña buena' a la que nos tenía acostumbrados y nos ha sorprendido con un look totalmente distinto. Primero fue en su perfil personal de Instagram donde presentó su nueva melena rubio platino (casi blanco) y después en la gala del MET, donde ejemplificó a la perfección el espíritu futurista que requería el dress code de este año.
Pero no sólo ha cambiado el tinte de su cabello, sino también su forma de vestirse y ¡hasta su forma de maquillarse! Y es que durante estas últimas semanas la hemos visto ser 'infiel' a su característico rojo de labios y ha caído rendida a la moda de los dark lips con tonos mucho más oscuros, como burdeos y cereza.
Aprovechando que se cumple el décimo aniversario desde que escuchamos su música por primera vez, hemos hecho un repaso a todos sus looks año por año para comprobar cómo ha ido evolucionando su imagen. ¡Menudo cambio!