Estamos avanzados en este proceso que se basa en los pequeños cambios. Están cambiando cosas aunque no las veas en la báscula. ¡Qué esclavitud la báscula! ¿Dónde están los resultados? Entra el agobio, escuchas cómo la gente de tu alrededor sí que está obteniendo resultados y tu 'saboteador' interior se nutre llenándote la cabeza de justificaciones.
Recuerda que los problemas del peso se generan bajo un paradigma de sociedad en el que lo rápido y lo fácil captan tu atención. Es muy difícil creer en el paso a paso. Pero todas las personas exitosas han construido su éxito paso a paso, y seguro que tú en otros campos de tu vida también. Que la báscula no se mueva no quiere decir que no estés avanzando. Si estás haciendo los pequeños cambios que se han ido proponiendo (Lee: Ponte en forma y cambia de hábitos en 12 semanas), debes preguntarte: ¿estás mejor energéticamente a lo largo del día si has empezado a introducir más proteína en las 5 comidas? ¿estás empezando a comprender los momentos en los que tu cuerpo te pide comer alimentos que sabes no te aportan gran cosa? ¿estás identificando a tu 'saboteador' que te hace autojustificarte todos los días? Si la respuesta es ¡sí!, entonces estamos creando unas buenas raíces.
Hay dos piedras en el camino que arruinan los procesos de control del peso:
- Las dificultades internas.
- La esclavitud del corto plazo.
Las mayores dificultades están dentro de nosotros. A lo largo de estos capítulos ya hemos ido hablando sobre ellas. Por un lado, esa 'llamada de la selva' de buscar alimentos ricos en azúcares y grasas trans que tu estómago busca después de largos periodos de estrés sin aportar al cuerpo alimentos ricos nutricionalmente. Por otro lado, está el 'saboteador' que viene de tu propia mente y que está continuamente sacando conclusiones y titulares para entender y autojustificarse; basándose en la ley del mínimo esfuerzo. Tu 'saboteador' es feliz si no cambias. Aprender a controlar y a convivir con esas pulsiones es el gran paso que debes plantearte. No intentes eliminarlas y no te frustres porque aparezcan.
¿Sabes que es el Bambú Chino? La naturaleza es sorprendente. Resulta que el Bambú Chino es una planta que durante los primeros cuatro años no cambia, al menos en la superficie que es lo que nuestro ojo es capaz de ver. Sin embargo, durante esos cuatro años crecen unas raíces profundas para asentar una buena y sólida base que, en algún momento, cuando se dan las circunstancias óptimas, en unas semanas el tallo crece hasta alcanzar los 25 metros. Todo crecimiento requiere de paciencia, trabajo, y una cierta personalidad un poco revolucionaria y visionaria para desprenderse de la esclavitud de los resultados a corto plazo. No tienes que esperar cuatro años a obtener resultados en tu cuerpo. Pero si quieres resultados para toda la vida, debes aprenderte bien algunos principios básicos para unos hábitos de vida saludables. Y sobre todo, no olvides que "No tengo tiempo" es un explicación que tu propia mente concluye sin que apenas tú seas consciente de la misma. Es decir: ¿no tienes tiempo para qué? ¿para ir una hora al gimnasio? Y si tu siguiente paso no fuera ir una hora al gimnasio, sino cada dos horas subir y bajar una planta del edificio de oficinas (algo que te despejará la mente y el cuerpo). ¿Tendrías tiempo para esos 2 minutos?
La próxima semana, no te pierdas nuestro siguiente consejo: ¿Por qué las dietas no funcionan?