Como hemos visto en los post de semanas anteriores, los cambios requieren de objetivos y de una hoja de ruta para alcanzarlos. La determinación, la constancia, la ayuda para superar los obstáculos que te encuentres marcarán la velocidad personal para lograrlos. Si las intenciones no las concretas y plasmas en un papel se quedarán en nada. Para obtener resultados necesitas una hoja de ruta que te haga saber cuál es tu siguiente objetivo. No dejes de aplicar los siguientes tres consejos para definir ambos.
El juego consiste en crecer dando pequeños pasos adelante. Asume que como cualquier proceso de crecimiento y mejora, hacerte salir de la zona de confort va a costarte trabajo, pero hay buenas noticias, el siguiente paso lo decides tú. Tan erróneo es no hacer nada como atragantarse al proponerse algo tan grande que te hará entrar en parálisis y autojustificación. Tu 'saboteador interior' está deseando que te saltes una de las 5 comidas al día, que no metas proteína a media mañana o que no vayas en toda la semana al gimnasio para convencerte de con su argumento del “¿Ves?, con la cantidad de trabajo que tienes no hay tiempo para preocuparse por bajar de peso. Déjalo para más adelante”.
Los objetivos no están para cumplirlos sino para mantener el movimiento. Las semanas se tuercen y la planificación que uno debe hacer en su agenda para ir generando cambios no siempre se puede seguir, paralizando a muchas personas que tienen como máxima: “o me comprometo al 100% o nada”. Y el 100% es teoría pura. Todos tenemos días donde lo que te planteabas no has podido hacerlo. No te frustres, cumplir el 20% de lo que te propones es muchísimo mejor que nada. Lo importante es ser constante.
Concreta un 'Objetivo Óptimo' con su correspondiente 'Hoja de Ruta Óptima'. Por ejemplo, el objetivo con los plazos que te gustaría cumplir (bajar 2 kg de grasa este mes, por ejemplo), y después, la hoja de ruta para los días que fueran perfectos, sin ninguna interrupción. Para este método del paso a paso sin embargo es fundamental y casi más importante que diseñes también un 'Objetivo de Mínimos', que seguro que a eso estás menos habituado. Este 'Objetivo de Mínimos' es concretar qué harías en el caso de que todo se haya vuelto en tu contra durante el día. Si todo se ha torcido. ¿Podrías subir las escaleras de tu piso a pie? Cumplir esta hoja de ruta mínima te mantiene en movimiento, y eso te ayuda a comprender y relacionarte con tu saboteador y generador de excusas que todos llevamos dentro. Lo importante en la hoja de ruta que te propongas para el objetivo de esta semana es que sea concreto.
¿Cuánto vas a andar esta semana en el mejor de los casos? ¿Y en el peor de los casos? Cuanto más concreta sea tu hoja de ruta y más detallada esté, muchísimas más probabilidades de cumplirlas. Aun así, recuerda, lo importante es mantenerse conectado con el ritmo del paso a paso.
La próxima semana, no te pierdas nuestro siguiente consejo: Los hidratos de carbono en la dieta