¿Por qué me duelen los pies al correr?
Con el auge del running han llegado a nuestras vidas lesiones como la fascitis plantar o el neuroma de Morton, del que quizás no hayas escuchado hablar tanto, pero que es muy frecuente entre deportistas, sobre todo en corredores.
Como decíamos, es una dolencia muy típica en deportistas y muy dolorosa e incapacitante tanto para la vida diaria como deportiva. Tal y como nos explican Manuel Villanueva, director médico de Avanfi.com, y Álvaro Iborra, experto en fisioterapia y osteopatía, "se trata de un mal llamado neuroma, puesto que realmente se trata de una irritación del nervio interdigital plantar acompañado de una fibrosis (engrosamiento) alrededor del nervio, siendo la localización más frecuente entre el 3º y 4º metatarsiano (los 'huesos metatarsianos' son un grupo de cinco huesos, los más largos en el pie, situados en su parte media).
La localización más frecuente es entre el 3º y 4º metatarsiano debido a que se mueven más que el resto de los metatarsianos no sólo al correr, sino también al caminar, pero además el nervio que se sitúa en este espacio es más grueso anatómicamente, debido a que en ese nivel se van a unir dos nervios -el plantar medial y el plantar lateral-. Por lo tanto, en este espacio se dan dos condiciones que facilitan su irritación: un nervio con más volumen y su localización entre los dos metatarsianos que más movilidad tienen.
Causas del 'neuroma de Morton' en deportistas
El origen del neuroma de Morton es múltiple. La forma del pie y la longitud de los metatarsianos y de los dedos puede condicionar su aparición. Aunque se considera que la causa principal es mecánica, existen factores que pueden propiciar su aparición:
- Zapatilla de horma estrecha. Puede provocar que los metatarsianos se junten, pellizquen, cizallen e irriten el nervio.
- La técnica de carrera. La técnica que exige una pisada de antepié puede producir una sobrecarga y su consecuente lesión del nervio.
- El uso de una zapatilla inadecuada.
- El acortamiento o retracción de los gemelos pueden provocar una pisada con el antepié e igualmente producir una irritación del nervio.
- Lee: Usar el calzado adecuado, fundamental para prevenir lesiones
¿Cómo puedo saber si tengo un 'neuroma de Morton'?
- Tendrás un dolor quemante e incluso asociado a calambres en algunos dedos.
- El dolor aumenta según se incrementa el tiempo de deporte o carrera, y disminuirá en cuanto pares, te quites la zapatilla y te des un pequeño masaje.
- En ocasiones, en reposo puedes tener pinchazos en los dedos, de tipo eléctrico.
¿Cuál es el tratamiento del Neuroma del Morton?
La ecografía y la resonancia magnética son las pruebas de elección para diagnosticar el neuroma de Morton. La ventaja de la ecografía frente a la resonancia magnética nuclear es que, si tenemos dudas, nos permite comparar con el pie sano. En ocasiones el neuroma es muy pequeño y podría pasar desapercibido si no tuviésemos la oportunidad de hacer la ecografía comparativa con el lado sano.
Una vez diagnosticado, el tratamiento inicial será eliminar la sobrecarga mecánica, utilizando un calzado adecuado, con una horma y pala del zapato más ancho en la zona de los dedos, evitando así la compresión. También será recomendable limitar el uso de tacón, en el caso de las mujeres. Además, los expertos de Avanfi.com recomiendan:
- Modificar la técnica de carrera, para ayudar a quitar sobrecarga en el nervio, mejorando los síntomas.
- Fortalecer la musculatura del tobillo y pie mediante ejercicios específicos. Lee: Ejercicios para relajar y fortalecer los pies | Ejercicios para prevenir lesiones antes de correr
- La fisioterapia puede ayudar en casos leves con la aplicación de ultrasonidos o estiramientos musculares que provoque desequilibrios músculotendinosos, como es el gemelo.
- Tratamiento intermedio cuando haya fracasado el tratamiento inicial. Consiste en disminuir la sensibilidad dolorosa del nervio. A esto se denomina 'neuroatrofia' y puede ser química (con alcohol, colágeno…) o eléctrica (radiofrecuencia). Todas estas técnicas han de realizarse bajo control ecográfico para que tengan la máxima eficacia.
- Tratamiento quirúrgico. Finalmente, si las técnicas anteriores no funcionan estará indicado el tratamiento quirúrgico que ya no exige sacrificar el nervio ni la sensibilidad del pie. Es un tipo de cirugía mínimamente invasiva, sin necesidad de abrir la piel, lo que disminuye el riesgo de adherencias y fibrosis. Este tipo de cirugía se hace en régimen ambulatorio, no requiere ingreso hospitalario, el paciente sale del hospital caminando por su propio pie y la cicatriz es casi imperceptible. Además no se pierde sensibilidad en los dedos intervenidos; lo que es muy importante en corredores, ya que cuando se realizan largas distancias se producen rozaduras y choque de los dedos contra la parte interna de la puntera de la zapatilla y si el corredor no siente los dedos puede producirse una lesión dérmica importante.