Vinagre de manzana, un gran aliado para perder peso
Cuando empezamos una dieta de adelgazamiento es habitual encontrarnos con varias opciones de un mismo alimento y, a veces, no sabemos cuál escoger. Esto nos puede pasar, por ejemplo, con el vinagre. Hay muchas modalidades -el vinagre de vino, que puede ser tinto, blanco, de jerez...; vinagre de cerveza, vinagre de sidra, etcétera- y realmente entre unos y otros podemos encontrar diferencias.
Yo siempre recomiendo el vinagre de manzana o sidra por los múltiples beneficios que nos aporta, sobre todo a la hora de realizar una dieta de adelgazamiento.
¿Cuáles son sus beneficios?
- Favorece la digestión: reblandece los alimentos ricos en proteínas y grasas como pueden ser la carne, el pescado o las legumbres facilitando la masticación y la acción de los jugos gástricos. Además la acidez del vinagre por el ácido acético, hace que se estimule la salivación y los jugos pancreáticos, mejorando la digestión.
- Regenera la flora intestinal: el ácido acético del vinagre de manzana destruye y elimina las bacterias de putrefacción de nuestro intestino y estas son sustituidas por las acetobacterias, bacterias vivas que se encuentran en el vinagre y que consiguen mejorar la flora bacteriana. Por otra parte, la fibra que se encuentra en la manzana, llamada pectina, es capaz de absorber los tóxicos que se encuentran en el tubo digestivo y eliminarlos a través de las heces. Por ello, es ideal para dietas de desintoxicación del organismo.
- Antioxidante: su contenido en vitaminas antioxidantes como la C, A, E y el betacaroteno es muy alto, por ello se recomienda para disminuir el proceso de envejecimiento y para la prevención de enfermedades como el cáncer, ya que nos ayuda a reducir los niveles de radicales libres además de fortalecer nuestro sistema inmune.
- Mejora la circulación: consumir en caso de tener niveles altos de colesterol ya que este vinagre nos ayuda a reducir los depósitos de grasa que se acumulan en nuestro organismo, evitando enfermedades cardiovasculares.
- Favorece la eliminación de las grasas: gracias a la pectina (fibra) y el ácido acético, se considera un auténtico “quemagrasas”, transformando y eliminando la grasa a través de las heces.