Cada vez están más de moda los entrenamientos cortos, los gimnasios y centros de entrenamientos personales... Conocedores de las necesidades de sus clientes en lo que se refiere a optimización del tiempo sacan sesiones de entrenamiento express de media hora de duración. Frases del tipo 'entrena en 20 minutos' se oyen cada día como reclamo publicitario. Pero, aunque el tiempo que le dediques a un entrenamiento es importante, no es un elemento diferenciador en sí mismo. Influye más, por ejemplo, la intensidad del entrenamiento. Lógicamente, los entrenamientos cortos van a ser más intensos, para aprovechar mejor el tiempo. Pero, la pregunta que debemos hacernos es: ¿son útiles para mi?
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Como casi todo en este mundo, depende. Depende de cual sea el objetivo del entrenamiento. Si el objetivo es muscular, tonificar o similar, un entrenamiento corto de media hora puede ser suficiente, excepto si lo que quieres es una musculatura de competición, que entonces con media hora no tienes ni para empezar. Claro está que este no es el caso de la gran mayoría de vosotras.
Si el objetivo es trabajar, por ejemplo, la resistencia, y te estás preparando para una carrera larga, necesitarás sesiones largas para acondicionar tu cuerpo, enfrentándolo a situaciones similares a las de la carrera. En ese caso un entrenamiento corto e intenso no nos ayuda a simular esas situaciones. Pero aparte de este supuesto, pocas ocasiones hay en las que un entrenamiento de 60 minutos sea mejor que dos de 30.
Ventajas de los entrenamientos cortos
Lo bueno del entrenamiento corto es que te garantizas mejor que en el largo que la disposición de tu cuerpo al esfuerzo es mejor, porque en el entrenamiento corto es menor la posibilidad de que la ausencia de energía merme los resultados, ya que en una sesión larga te puedes vaciar más fácilmente que una corta.
Otra de las ventajas es que no da tanta pereza enfrentarse a un entrenamiento de media hora que a una sesión de una hora. Un entrenamiento de media hora es perfecto en lo que a la gráfica se refiere: fase de elevación del esfuerzo o calentamiento, fase de meseta o entrenamiento (de unos 20 minutos) y fase de descenso o vuelta a la calma. En un entrenamiento de una hora no podrías aguantar los 50 minutos a ritmo tan alto, así que tendría que componerse de una suma de minisesiones
Pero, sin duda, la gran baza a la hora de valorar este entrenamiento es que encaja mejor en cualquier agenda, dado el nivel de estrés que lleva la mayoría de la población, siempre es mucho más fácil de seguir y por tanteo de garantizarse los resultados.
Así que podemos decir que, en la mayoría de los casos, los entrenamientos cortos son perfectos para ti.