La realeza europea se dio cita en La Haya (Holanda) para celebrar la boda del príncipe Constantino de Holanda y su prometida Laurentien Brinkhorts, hija del actual ministro de Agricultura de los Países Bajos. El primer enlace real del nuevo milenio en Europa congregó a numerosos miembros de las distintas familias reales europeas como el príncipe Eduardo de Inglaterra y su mujer Sophie Rhys-Jones y los príncipes herederos Felipe de Bélgica y su esposa, Matilde, Haakon de Noruega y su prometida, Mette Marit Tjessem, Victoria de Suecia, Kardam de Bulgaria y su esposa Miriam Ungría además del príncipe Akishino y su esposa la princesa Kiko en representación de la familia imperial japonesa entre otros, que podrá ver esta semana en el amplio reportaje que ofrece la revista ¡Hola¡.

La novia, de treinta y cuatro años, lució un traje de raso, blanco, con manga acampanada, original escote, falda de doble capa y cola de 3,65 metros, y llevaba, como adornos, una pulsera y unos pendientes. En sus manos, un ramo de flores blancas que contrastaban con el verde de las hojas. Por su parte el príncipe Constantino, de treinta y un años, vestía chaqué con chaleco beige.

Dos días antes de la boda religiosa se celebró el matrimonio civil y la noche anterior al enlace en la iglesia de St Jacobs, tuvieron lugar una cena y una fiesta a las que asistieron los jóvenes príncipes de la realeza europea.