No hay evento al que acuda que no se convierta en la estrella más solicitada por los periodistas. Ya sea en solitario o en compañía de su pareja, el jugador de béisbol Alex Rodriguez, Jennifer Lopez siempre deslumbra por sus looks y su cuidada silueta; un triunfo que ha repetido (y por partida doble) este fin de semana, con motivo de la celebración de la 91 edición de los premios Oscar. Si en su primera aparición sobre la alfombra roja del Teatro Dolby de Los Ángeles la actriz y cantante apostó por un diseño inspirado en los años 50, elaborado con pequeños cristales plateados, en la fiesta posterior a la entrega de los galardones, la protagonista de Jefa por accidente se decantó por un modelo más llamativo y atrevido, perfecto para bailar hasta altas horas de la noche. Dos propuestas que, para sorpresa de muchos, escondían dos divertidos guiños a la cultura española.
No siempre es fácil acertar sobre la alfombra roja de los Oscar; una dificultad que conocen muy bien actrices como Emma Stone o Rachel Weisz, dos nombre que este año se han convertido en el centro de todas las miradas por sus originales y poco acertados estilismos. Sin embargo, pese a las críticas y memes de las redes, durante esta edición, también hemos podido ver grandes aciertos, al más puro estilo Hollywood. ¿Entre ellos? Los dos looks que ha elegido Jennifer Lopez. Con motivo de la 91 edición de los premios, la actriz y cantante apareció ante los medios del brazo de su pareja, el deportista Alex Rodriguez, con un diseño de manga larga y cuello alto de Tom Ford, elaborado con pequeños eslabones de espejo plateados, colocados a modo de mosaico. Aunque algunos de sus seguidores no tardaron en comparar el vestido a una bola de discoteca, lo cierto es que el modelo en forma de mosaico recordaba al trabajo de Gaudí en el Parque Güell de Barcelona. Una inspiración española, que tuvo horas después, réplica andaluza.
Tras la entrega de premios, y después de asistir al triunfo de la cinta Green Book, protagonizada por Viggo Mortensen, la actriz y su pareja acudieron a la fiesta organizada por la edición estadounidense de Vanity Fair, en Beverly Hills. Para su segunda aparición, Jennifer Lopez dejó atrás el look glamuroso del Teatro Dolby para lucir un llamativo vestido de lentejuelas en tonos azules y morados irisados, con una pronunciada apertura lateral, diseñado por Zuhair Murad. Una propuesta con escote palabra de honor que convirtió a la intérprete en la mejor representante del arte español. Y es que, dicho modelo contaba con un adorno en formaba de abanico a la altura de la cadera, al que la artista sacó el máximo partido ante los fotógrafos, posando como si de una flamenca se tratara. Pequeños detalles estilísticos que demuestran, una vez más, la admiración de Jennifer Lopez por el arte y la cultura de nuestro país.