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El cineasta mexicano Alfonso Cuarón ha sido el gran protagonista de los Oscar 2019 tras conseguir tres estatuillas: la de mejor película extranjera, fotografía y dirección. Aunque en el recuento final la vencedora de la noche ha sido Bohemian Rhapshody con cuatro galardones, Roma ha hecho que el teatro Dolby tuviese un marcado acento hispano. Este premio supone la quinta estatuilla para un director mexicano en los últimos seis años, pues los conocidos como 'Los tres amigos' - Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro- se han repartido este galardón desde 2013 (Iñárritu lo consiguió en 2015 y 2016 por Birdman y El renacido y Del Toro triunfó en 2018 con La forma del agua).
Para Cuarón es su segundo Oscar tras el que consiguió por Gravity en 2014, aunque la gran diferencia es que, en esta ocasión, alcanza este reconocimiento con un filme en español y no en inglés. Ambientada a principios de la década de 1970, la ficción narra los recuerdos de la infancia del cineasta en la colonia Roma junto a Liboria Libo Rodríguez, la trabajadora doméstica de su propia casa que ayudó en su crianza y a quien ha dedicado la película y el galardón. "Muchas gracias a Libo, muchas gracias a mi familia, muchas gracias México", ha dicho en español.
Sus protagonistas, las actrices mexicanas Yalitza Aparicio y Marina de Tavira, que no han podido alzarse con el Oscar a mejor actriz y mejor actriz de reparto respectivamente, también se han llevado su agradecimiento porque "son verdaderamente la película". Unas palabras que además iban acompañadas de abrazos y besos en el patio de butacas, especialmente emotivo con la intérprete de Cleo.
Tal y como destacó el actor Diego Luna al presentar en el escenario, junto al chef José Andrés, la película de su compatriota: "¡Ya se puede hablar español en los Oscar!".
Netflix irrumpe en el panorama de los Oscar y cambia las tornas
Netflix ha llegado por todo lo alto en los premios Oscar y, después de este primer gran año, ya no hay vuelta atrás. Tras años de acusaciones señalando a las plataformas de vídeo bajo demanda como las responsables de arruinar la industria del cine, parece que Roma ha cambiado por completo el curso de la historia.
El debate comenzó en el festival de Venecia, cuando la película de Alfonso Cuarón se convirtió en la gran ganadora del certamen y comenzó así su carrera por el Oscar, siguiendo con el de Toronto y los Globo de Oro. La idea de que un servicio de streaming podía arruinar la experiencia de la gran pantalla con su concepto de verlo desde el sofá de casa alejaba a Roma de los grandes premios, por lo que Netflix apostó por poner el filme en cines seleccionados. Se estrenó primero en unas pocas salas en todo el mundo y, unos días después, en internet para todo el mundo.
Para los críticos, esto fue una provocación y señalaron a la película como un "caballo de Troya", que entra en la carrera con un filme de habla no inglesa para aminorar el golpe si no se lleva los grandes premios. Después de Roma, los expertos aseguran que Netflix y otras plataformas empezarán a formar parte de los Oscar de manera habitual y quizás no con una sola como este año.
Lo que está claro es que una plataforma tan internacional como Netflix, que ha entrado a formar parte de la cultura popular y que en los últimos años ha llegado a más de 200 países, se ha convertido en una potencia de lo audiovisual que ya tardaba en entrar en la carrera. Todo empezó con las series de televisión, pero hace ya más de seis años desde que House of cards se llevara las primeras nominaciones de peso para una serie emitida en internet. Desde entonces el panorama no ha hecho más que cambiar y resulta inevitable fijarse que, si bien antes eran las excepciones, ahora las ficciones creadas por los grandes del vídeo bajo demanda (HBO, Netflix, Prime Video) son las que dominan en las galas de premios.
Además, para el usuario medio, el mero aficionado a ver películas o series de vez en cuando, existe cierto pedigrí asociado a las producciones de estas grandes compañías, particularmente de Netflix, que consigue que al menos uno de sus múltiples estrenos semanales se vuelva viral cada cierto tiempo (véase Stranger Things, You o ¡A ordenar con Marie Kondo!.
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