Ganar un Oscar es, probablemente, uno de los momentos más importantes y emotivos en la vida de cualquiera que trabaje en la industria cinematográfica. Por eso, cada año, todos los vencedores quieren aprovechar al máximo sus discursos, pronunciando emotivas palabras y agradecimientos... que, en ocasiones, se hacen algo largos. Por eso, esta vez el presentador de la gala, Jimmy Kimmel, ha ideado una estudiada estrategia para que quienes suban al escenario no permanezcan demasiado tiempo en él. No solo ha mostrado, como si de un concurso se tratara, el fabuloso premio que le esperaba a quien pronunciase el discurso más breve, sino que también ha enseñado lo que podría pasarle a quien decida quedarse con el micrófono más de lo debido... la sutil técnica de poner música para cortar las palabras ya no es suficiente. ¡Dale al play y no te lo pierdas!