A pesar de que su padre es uno de los hombres más ricos del mundo, la discreción es una máxima en sus vidas. Los hijos de Bill Gates no se suelen prodigar en ocasiones públicas, aunque hay excepciones. Fue el caso de la reciente gala organizada por la revista Time en Nueva York, a la que el magnate, de 66 años, asistió del brazo de su hija menor, Phoebe, de 19 años, que causó sensación entre los invitados. Bill, con traje y pajarita, acaparó un buen número de flashes sobre todo por su pareja, que estaba espectacular con un vestido ajustado en tono rosa metalizado con tirantes joya de la colaboración de Fendi y Versace, dos de las casas de moda italianas más prestigiosas del mundo. Los pendientes largos, un collar, los zapatos… todos los detalles de su look estaban cuidados al milímetro y lograron sin duda que fuera ella y no su padre el centro de atención.
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Es la menor de los hijos de Gates, padres además de Jennifer y Rory, y el pasado otoño comenzaba su etapa universitaria en la Universidad de Stanford, en San Francisco, la misma en la que estudió su hermana Jennifer. Antes había asistido a Lakeside School, igual que sus hermanos y su padre. Entre sus intereses están la danza clásica, disciplina en la que se ha formado en el American Ballet Theatre School y la prestigiosa academia Juilliard, en Nueva York; los viajes, la naturaleza y la cooperación (no duda en mostrar sus habilidades para la escalada o la labor solidaria que realizó en Perú, por ejemplo); la moda y los cambios de look, como se puede comprobar en sus perfiles sociales, donde además demuestra que entre las cosas que más le importan y valora están sus amigos y su familia.
Se lleva muy bien con su hermana Jennifer, que protagonizó una romántica boda en octubre de 2021 en la que Phoebe fue dama de honor y con quien disfruta en ocasiones de paradisiacas escapadas (pasaron por ejemplo unos días navegando en Cabo). Otra de sus aficiones, la lectura, la desveló su padre haciendo un comentario acerca de lo mucho que les gusta a ambos disfrutar de un buen libro. No cuenta con demasiadas publicaciones en sus perfiles, quizá porque la educación que recibió de sus padres fue un tanto estricta en lo referente al uso de las nuevas tecnologías: el matrimonio no dejó tener móvil a sus hijos hasta que tuvieron 14 años.
Se la ha relacionado con Chaz Flynn, un compañero de colegio con quien salía desde 2019, aunque hace ya cerca de un año que no comparten imágenes juntos, así que las especulaciones acerca de su situación sentimental no han tardado en surgir. Phoebe escribe ahora su propio futuro, apenas ha empezado sus estudios universitarios así que quién sabe dónde la llevarán sus pasos. Lo que sí parece claro es que no contará con la inmensa fortuna paterna, pues Bill Gates ya advirtió en una ocasión que sus hijos solo heredarán parte del dinero que tienen, unos 10 millones de dólares (más de 9 y medio millones de euros). El resto se destinará a causas benéficas e investigación científica, anunció el magnate, que explicó que su intención es enseñarles a que trabajen duro para conseguir sus objetivos.
Bill Gates reconocía hace un mes, un año después de anunciar su divorcio de Melinda Gates tras 25 años de matrimonio, que ha reflexionado mucho sobre su ruptura. "Definitivamente, el divorcio es algo triste", dijo en el programa de la televisión estadounidense Today. También admitió su responsabilidad por “causar mucho dolor a mi familia”. “Fue un año difícil" dijo, aunque apuntó que "se siente bien porque todos estamos avanzando". Explico que la relación con su exmujer, con quien trabaja en la fundación que comparten, es buena. Con nostalgia reconoció en Sunday Times que Melinda es y será el amor de su vida. “Sí, estoy diciendo que me volvería a casar con Melinda otra vez. En términos de mi futuro, no tengo ningún plan, pero definitivamente recomiendo a todos experimentar el matrimonio” dijo.