Francisco Rivera siempre ha dicho que su hija Cayetana guarda un gran parecido con Carmen Ordóñez. "Tiene cosas que da hasta miedo... gestos, reacciones que dices ¡madre mía! esto no lo ha visto nunca y le sale", contó hace unos años en una entrevista concedida a Toñi Moreno. La joven se siente muy orgullosa del legado de su abuela paterna, a quien rinde homenaje siempre que tiene ocasión. Estos días ha estado en El Rocío y las imágenes que ha protagonizado al cruzar el río Quema que atraviesa Doñana recuerdan a las de la inolvidable Carmina. En estas fotos aparecen las dos con vestidos muy similares y prácticamente del mismo tono. Abuela y nieta, con el pelo recogido en una coleta de caballo, se sujetan la falda para no mojarla, llevan al cuello la medalla de la Virgen y una riñonera.
- La herencia de Carmen Ordóñez en su nieta mayor
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© GtresonlineCayetana, de 22 años, ha heredado de su padre la devoción por la Virgen del Rocío, un sentimiento que el diestro heredó de Carmina. La relación de Francisco con esta romería ha sido un tanto intermitente. "Con ocho años hice mi primer camino", recordó. Sin embargo, "luego empecé a torear y se acabó". Tras la muerte de su madre, el 23 de julio de 2004, retomó esta tradición para conocer a los amigos de su madre, un círculo del que antes "no quería saber nada" porque para él significaban "la fiesta", pero que ahora forman parte de su grupo más íntimo.
- Un Rocío cargado de significado para Eva González
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© GtresonlineEl torero ha hecho el camino de este años con su mujer, Lourdes Montes; su hija, Tana; y el novio de esta, Manu Vega. Francisco se ha mostrado muy emocionado durante la romería, donde le hemos visto disfrutando junto a los suyos, pero también muy emocionado y abrazado a su esposa. Según declaró en la revista ¡HOLA!, la relación con Tana "es cada día mejor" y prueba de ello son estas imágenes.
© GtresonlineCayetana tiene muy presente a sus dos abuelas, Carmina Ordóñez y Cayetana de Alba. Hace unas semanas, en su debut como madrina de la tradicional Exhibición de Enganches en la Real Maestranza, la joven se emocionó al hablar de ellas. "Dos mujeres que, como yo, amaron Sevilla hasta el final de sus días", dijo entre lágrimas mientras sus padres, Francisco y Eugenia Martínez de Irujo, aplaudían con orgullo.
Cayetana Rivera rompe a llorar al mencionar a sus padres en un discurso lleno de emoción y recuerdos familiares
