Son uno de los grandes espectáculos que nos ofrece la Naturaleza, con el sonido envolvente de la fuerza del agua como banda sonora. Imponentes y majestuosas, las cascadas, además, suponen un atractivo turístico para muchos países. Todos hemos oído hablar de las famosas cataratas del Niágara o las de Iguazú, pero no hace falta salir fuera de España para ver impresionantes saltos de agua.
El más alto que tenemos, con 270 metros de altura, es el salto del Nervión, que se encuentra en Álava y se puede ver en la época del deshielo, cuando la primavera irrumpe en todo su esplendor.
Le sigue la cascada de la Osera , situada en el Parque Nacional de la Sierra de Cazorla (Jaén), con 130 metros, lo que la convierte en la más alta de Andalucía. Con un centenar de metros tenemos la cascada de Gujuli, también ubicada en Álava, en el Parque Natural de Gorbeia; mientras que en Albacete encontramos los chorros del río Mundo, en el Parque Natural de los Calares.
Por debajo de los cien metros también hay hermosas cascadas, como la del Asón, también llamada Cailagua, en el Parque Natural de los Collados en Cantabria; el Pozo de los Humos, en Salamanca, y la Cola de Caballo, nombre que le debe a forma del agua al caer, en Huesca.