Chaparro y Domínguez se conocieron en 1997, mientras cubrían el funeral de Lady Di, y desde entonces no se han separado. Ella es de Barcelona y él es de Sevilla, pero tienen fijada su residencia en Madrid. No están casados y no tienen intención de estarlo, ya que se sienten marido y mujer. “La boda es la hipoteca”, ha bromeado en más de una ocasión la autora de No decepciones a tu madre. Además, son padres de dos niñas, Laia, que vino al mundo en 2011, y Emma, nacida en 2013.
Domínguez lleva más de 20 años con la cámara al hombro y ha vivido momentos muy angustiosos. En 1999, durante la guerra en Yugoslavia, fue secuestrado junto a su compañero, el periodista Jon Sistiaga. "No hemos sufrido torturas, aunque sí algunos castigos físicos y mucho tormento psicológico", dijo Domínguez al ser liberado. Chaparro, por su parte, recordó aquel suceso en la revista cultural Jot Down. “Yo estaba en Barcelona y me enteré por la televisión. En esa época no había móviles. Recuerdo el primer plano de Juan Pedro Valentín abriendo con un videowall gigante detrás con la foto de mi marido. Fue duro”, confesó. "Les llevaron a una casa y les encerraron toda la noche, apuntándoles con pistolas", añadió.
Actualmente, Domínguez sigue siendo cámara en Mediaste, pero ha dejado los conflictos bélicos para cubrir otro tipo de eventos y formar parte del departamento de fotografía de documentales como Las huellas de elBulli. Chaparro, por su parte, compagina su pasión por le tele con la escritura. Está En el punto de mira, en Cuatro, y acaba de publicar No decepciones a tu padre, completando así la trilogía de la inspectora Ana Arén, que le dio el Premio Primavera en 2017.