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Antonio Canales ha viajado atrás en el tiempo para rememorar los duros comienzos que tuvo que afrontar durante su juventud, época en la que se dispuso a cumplir contra viento y marea su sueño de convertirse en un gran bailaor. El reputado artista andaluz recuerda cómo no tenía ni 18 años cuando llegó a Madrid procedente del barrio de Triana de su Sevilla natal, para intentar hacerse en un hueco en el complicado mundo del espectáculo. "Al principio tenía algo de dinero que me daban mis padres", relata Antonio, pero "al poco tiempo se me acabó" y tuvo que sobrevivir a duras penas para seguir adelante, aclara. "Me iba a dormir a la calle... primero en El Retiro", explica en alusión al popular parque céntrico de la capital de España. "Después, en invierno, me decían que tenía que irme a Preciados, a Legazpi, a Atocha o al metro y envolverme en los cartones para no pasar frío", añadía.
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© GtresonlinePero no fueron solo los estragos de pernoctar a la intemperie o intentar encontrar alojamiento, sino que para poder comer tuvo que recurrir a la caridad y beneficencia: "Iba a Huertas que había un convento. Allí, hacían tres turnos y me ponía en la cola" para recibir algo de alimento, contaba. En cuanto a su rutina diaria, "me levantaba por la mañana a las nueve y llegaba al Ballet. Eso lo veían todos los bailarines: yo con mi maleta y haciendo mis tenderetes. Me vestía con las mallas y me ponía en la barra, un día y otro día hasta que conseguí lo que quería", sentenciaba. Antonio Canales narraba toda esta experiencia durante su entrevista íntima y personal de este fin de semana en el plató de Volverte a ver, donde también recibió la emocionante visita sorpresa de su madre, Pastora. "Vengo para que el mundo entero sepa lo que te quiero, lo que vales y el arte tan grande que dios que te ha dado... porque bailas como los ángeles", le decía ella con emoción a su hijo.
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© MediasetDespués, al hablar de cómo empezó todo, ambos confesaron cómo el patriarca de la familia no veía al principio con muy buenos ojos los deseos de su hijo, mientras que su progenitora siempre le apoyó. "Él (su marido) quería que Antonio estudiara una carrera", contaba la madre. Mientras, el bailaor se deshacía en halagos con la mujer que le trajo al mundo: "Ella es una gran artista, me dio la vida y más quisiera yo llegarle a la altura del tobillo. Ha estado en los momentos más duros pero también en los más felices, no podría tener una madre mejor que tú", le agradecía con sinceridad a punto de las lágrimas. Antonio Canales, que a sus 59 años ha vuelto al primer plano mediático gracias a su reciente participación en Supervivientes y su posterior fichaje por Sálvame, contaba también por último que "llevo unos años dedicado a la docencia, a enseñar, a ayudar a las nuevas generaciones y a dirigir la compañía" de flamenco de la que siente tan orgulloso.
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