Fue testigo del amor de Brad Pitt y Jennifer Aniston hace dos décadas, después de que se dieran el 'sí, quiero' en el año 2000. La pareja de actores adquirió una lujosa mansión en el año 2001 en la mejor etapa de su historia de amor y vivieron tras sus muros los cinco años posteriores que duro su matrimonio. Una propiedad, situada en el exclusivo barrio de Beverly Hills (Los Ángeles) y comprada en su día por 11 millones y medio de euros (según publicaba el diario The Wall Street Journal) que hoy, veinte años después, ha sido vendida por casi 28 millones de euros a un comprador anónimo, después de bajar su precio en más de 10 millones desde que saliera al mercado en el año 2006 por 38 millones de euros. Una transacción que se ha convertido en todo un fenómeno en la Red gracias a sus antiguos dueños y la historia de amor que hubo entre ambos.
Edificada en el año 1934, la casa de 5 habitaciones y 12 baños posee múltiples elementos de lujo como suelos de mármol con piso radiante en la cocina, una lujosa suite principal con espectaculares techos abovedados, sala de cine con proyector, gimnasio privado en la primera planta o una majestuosa chimenea en el comedor central. La finca de más de 1.100 metros cuadrados también cuenta con una casa para invitados de dos pisos con vistas a las pistas de tenis, situadas cruzando el amplio jardín con piscina y las terrazas de estilo tradicional que decoran la parte exterior.
Diseñada por Wallace, arquitecto famoso por sus creaciones estilo 'California', se trata de una espectacular vivienda que, en su día, contó con un vecino de excepción, el actor Danny de Vito, cuya mansión (dividida en dos) fue adquirida por el multimillonario empresario australiano James Packer y expareja de Mariah Carey, por 56 millones de dólares, según se informó en CNBC.
Han pasado más de 14 años desde que la protagonista de Friends y su exmarido pusiera punto y final a su relación. Una mediática ruptura tras la cual el protagonista de Seven comenzó un sonado romance con la actriz Angelina Jolie que acabó en boda en el año 2014, después de una década de relación y seis hijos en común.
Durante todos estos años en los que Brad y Jen han estado separados, se ha hablado mucho sobre su relación de amistad a pesar de su divorcio. Unas voces que el pasado mes de enero eran testigos del sonado encuentro de la expareja durante los Premios SAG. El cariñoso saludo entre ambos hizo crecer la ilusión a los fans de la pareja que clamaban por una segunda parte en su relación. Sin embargo, una fuente cercana a ambos acabó de inmediato con los anhelos de sus admiradores en declaraciones a la revitsa People: "Se felicitaron y eso fue todo".
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