En esta montaña rusa de emociones que estamos viviendo durante estos meses se han escrito muchas historias de superación que han demostrado que somos más fuertes de lo que pensamos. Valentía, entereza, coraje... se han convertido en nuestra mejor arma para afrontar los obstáculos que la vida nos ha puesto por delante y salir, si cabe, aún más reforzados. Lo sabe bien Ana González Rodríguez, más conocida como Ana Locking, que acaba de hacer una sobrecogedora confesión a través de las redes sociales. "Publico esta foto por que me parece el momento perfecto para celebrar la vida, el amor y la amistad", dice la diseñadora toledana, de 49 años, tras acudir a su última sesión de radioterapia.
"Necesito compartir mi historia de estos últimos cuatro meses para dar un paso adelante y cerrar, en cierta manera, por que nunca concluye, esta difícil etapa de mi vida", comienza el texto en el que cuenta cómo sucedió todo. "Tres días antes del confinamiento me diagnosticaron un cáncer de pecho y una semana más tarde me operaban. Parece mentira cuando lo resumo de esta manera, porque han sido tantas sensaciones antagónicas las vividas…", reconoce la diseñadora, que ha estado "pasando constantemente del colapso a la recuperación, y vuelta a empezar". "Estos días siento que gané la batalla al miedo y a la enfermedad, pero no fue nada fácil", asegura.
En su carta, Ana ha querido dar las gracias a todo el equipo médico que ha estado a su lado y se lo ha hecho "más fácil". "A mi cirujano el Dr. Guadalfajara por quitarme el mal, al equipo de oncología de la Fundación Tejerina por darme nuevas expectativas, a mis oncólogas radioterápicas la Dra. Ana Mañas y Dra. María Mateos por terminar de rematar el mal, y a todo el equipo del Hospital San Francisco de Asís, especialmente a Sonia Santos por su generosidad y cariño. Os quiero mucho". Además, ha dedicado unas palabras muy emotivas al amor de su vida, "mi ángel caído del cielo": "Me haces sentir la felicidad muy a menudo, y eso que esta vez lo tenías muy difícil, estando tú también enfermo por el maldito COVID".
Un ejemplo de valentía
Tampoco se ha olvidado de sus padres, "que, en la distancia, consiguieron enviarme la fuerza para tirar adelante. Os quiero mucho", ni de sus otros pilares: "A mi otro Ángel desde el cielo sobre Berlín, que siempre nos salva de las arenas movedizas. A Araceli, por ser nuestra Caperucita Roja, cuidarnos y traernos la compra de extranjis. A mis amigos, los que estuvieron desde el primer fucking day, con botella de champán incluida, no para celebrar, sino para para mitigar el dolor de la noticia (dos días más tarde ya no hubiéramos podido hacerlo, babies). A mis amigos del alma, esos más antiguos, que estuvisteis literalmente día tras día tras el teléfono y habéis continuado hasta hoy. A los que me enviabais, largos mensajes de voz, música, mantras y meditaciones para combatir los momentos de pánico y a todos los demás que habéis estado ahí acompañándome en las subidas y bajadas. Por último y muy importante, gracias", concluye Ana Locking, que al ver todas las muestras de cariño que ha recibido ha grabado un vídeo en el que aparece muy emocionada, sin poder contener las lágrimas.