Poco después de la llegada del diestro , Eva González hacía lo propio después de cumplir con su jornada laboral en el plató de La Voz. La presentadora, muy sonriente, saludaba a los fotógrafos y los periodistas apostados a las puertas de su casa y, tras sorprenderse por el hecho de que estuvieran allí tan tarde, accedía a la vivienda