7/10Recientemente, uno de los lugares preferidos de Sara en Oporto cerraba sus puertas y la periodista le dedicaba estas bonitas palabras a su dueña, Teresa Valle, con quien posa en esta foto. "La primera vez que fuimos a la Mercearia do miguel llevábamos 15 días viviendo en Porto. La encontramos por casualidad, porque estaba justo debajo de nuestra casa y nos habían dicho que hacían unos zumos buenísimos y unas ensaladas de verduras y hortalizas ecológicas de chuparse los dedos. Fue entonces cuando conocí a Teresa Valle. Al principio casi no hablábamos, solo lo cordial. Ella en un perfecto castellano que me puso las cosas fáciles desde el primer momento. Poco a poco fuimos compartiendo más ratitos, muchas veces yo iba sola a escribir o leer cualquier cosa, pero siempre estaba ella y aunque no habláramos me sonreía y yo sentía ese calor tan necesario cuando empiezas de cero en una ciudad. Con el tiempo y sin forzar nada, nos dimos cuenta de que compartíamos muchos gustos, aficiones e inquietudes y Teresa se convirtió en una de mis mejores amigas, algo más que eso, mi 'ángel de la guarda'. Ella es la persona más generosa y positiva que me he encontrado en esta ciudad. Siempre dispuesta a ayudar, a facilitar las cosas, a tranquilizar. Gracias por estos años de recuerdos que nunca olvidaremos, porque hay lugares donde uno se queda, y lugares que quedan en uno. Para siempre", publicó.
Recientemente, uno de los lugares preferidos de Sara en Oporto cerraba sus puertas y la periodista le dedicaba estas bonitas palabras a su dueña, Teresa Valle, con quien posa en esta foto. "La primera vez que fuimos a la Mercearia do miguel llevábamos 15 días viviendo en Porto. La encontramos por casualidad, porque estaba justo debajo de nuestra casa y nos habían dicho que hacían unos zumos buenísimos y unas ensaladas de verduras y hortalizas ecológicas de chuparse los dedos. Fue entonces cuando conocí a Teresa Valle. Al principio casi no hablábamos, solo lo cordial. Ella en un perfecto castellano que me puso las cosas fáciles desde el primer momento. Poco a poco fuimos compartiendo más ratitos, muchas veces yo iba sola a escribir o leer cualquier cosa, pero siempre estaba ella y aunque no habláramos me sonreía y yo sentía ese calor tan necesario cuando empiezas de cero en una ciudad. Con el tiempo y sin forzar nada, nos dimos cuenta de que compartíamos muchos gustos, aficiones e inquietudes y Teresa se convirtió en una de mis mejores amigas, algo más que eso, mi 'ángel de la guarda'. Ella es la persona más generosa y positiva que me he encontrado en esta ciudad. Siempre dispuesta a ayudar, a facilitar las cosas, a tranquilizar. Gracias por estos años de recuerdos que nunca olvidaremos, porque hay lugares donde uno se queda, y lugares que quedan en uno. Para siempre", publicó.