"Pero la saudade que más duele es la saudade de quien se ama. Saudade de la piel, del olor, de los besos. Saudade de la presencia, y hasta de la ausencia consentida. Tu podrías quedarte en la sala y ella en el cuarto, sin verse, pero sabiéndose ahí. Tu podrías ir para el dentista y ella para la facultad, pero se sabían allí. Tu podías pasar el día sin verla, ella el día sin verte, pero sabían del día de mañana. Pero cuando el amor de uno acaba, o se torna menor, al otro le sobra una saudade que nadie sabe cómo detener. Saudade es básicamente no saber. No saber más si ella continúa sufriendo en ambientes fríos. No saber si él continúa sin afeitarse por causa de aquella alergia. No saber si ella todavía usa aquella mini. No saber si l fue a la consulta con el médico como prometió. No saber si ella se alimentó bien últimamente por causa de esa manía de estar siempre ocupada"