La futura novia recibió algunos insólitos regalos, como un compendio de poemas eróticos escritos por el vanguardista literato americano Edward Estlin Cummings, o el típico conjunto de lencería sexy.
Amanda reunió a algunos de sus amigos más íntimos en un divertido almuerzo en la calle Perry, en el corazón del Greenwich Village, uno de los barrios de moda de Manhattan