Nadal, al que en esta ocasión no vimos acompañado de su novia, Meri Perelló, con la que lleva compartiendo 13 años de su vida, aprovechó para darse un refrescante baño y después volvió a la embarcación, que llevaba el nombre de Beethoven, para ducharse y quitarse toda la sal, para después tomar el sol, charlar y compartir risas con su grupo de amigos.