Desde su primera aparición junto al príncipe Harry, en los Juegos Invictus de Toronto, hasta el histórico 19 de mayo en el que entró en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor como Ms. Meghan Markle para salir convertida en Alteza Real, la novia del año ha demostrado con sus gestos el tipo de princesa que está dispuesta a ser.
Tras la sonada ausencia de su padre y horas de rumores sobre quién la llevaría al altar, Meghan Markle ha entrado sola en la iglesia. El príncipe Carlos podría haberla esperado en la escalinata, sin embargo, la ha esperado casi a los pies del altar. Feminista y activista desde los once años, la duquesa de Sussex ha creado un antes y un después.
Se podría pensar que toda una vida de exposición pública, como es el caso de Harry, pesarían más que los diez años que Meghan ha pasado trabajando frente a una cámara. Sin embargo, al que más nervioso se le ha notado durante la ceremonia era al Príncipe, que en algún momento del servicio religioso se tuvo que recoger el sudor y en otro se le escapó una pequeña risa nerviosa.
Desde el primer momento hasta el día de su boda, Meghan Markle ha demostrado que tiene una personalidad propia y siempre apuesta por la naturalidad. Sus pecas, esos mechones que asoman de un moño en apariencia despeinado, unas facciones siempre relajadas, el brillo de sus ojos... Todo en ella parece casual y el resultado es perfecto.
En el momento del intercambio de anillos se ha podido ver cómo Meghan Markle tocaba con la mano derecha con ternura la mano del príncipe Harry, mientras que él le deslizaba la alianza en el cuarto dedo de la mano izquierda, tal y como dicta la tradición. Segundos antes el arzobispo había omitido la pregunta de quién entrega a la novia, ya que Meghan se ha entregado a su príncipe sola.
La nueva "joya" de la Corona británica ha sido una prometida atípica, nunca en la historia de las monarquías una novia real había concedido una entrevista y ninguna había pasado una Navidad con la Reina antes del "sí, quiero". Convertidos en marido y mujer, Meghan Markle desfiló del brazo del príncipe Harry demostrando que aunque todo ella es fuera de lo común, su porte es de lo más "royal".
A la salida de la Capilla de San Jorge a los novios les esperaba una multitud pero Meghan Markle vuelve la vista. ¿Qué busca? Tras los novios vienen el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles y Doria Ragland. En definitiva, la novia comprueba que su madre está cerca.
Haciendo gala de su experiencia en la alfombra roja, Meghan Markle ha dominado cada peldaño en su descenso al carruaje Ascot Landau que le esperaba para hacer esos 25 minutos de recorrido nupcial por las calles de Windsor.
En más de una ocasión Meghan Markle ha demostrados con dulces gestos sentirse abrumada y agradecida por el enorme cariño que está recibiendo desde su llegada la Reino Unido.
Rodeada de una multitud, entre cortejo, escoltas y cámaras, Meghan Markle puede presumir de seguir teniendo la mirada precisa y el gesto perfecto. Las cámaras le adoran y no se ha metido solo en el corazón del príncipe Harry, también se ha ganado el de los británicos que ven al nieto de la Reina más feliz que nunca.