Se despide de una casa que está llena de recuerdos, de vivencias inolvidables y en cuyas paredes aún resuena la voz de la Faraona. Rosario Flores pone a la venta El Lerele, la que fuera residencia familiar de Lola Flores y 'El Pescaílla' desde finales de los años ochenta, allí donde los Flores celebraron sus momentos más felices, pero también algunos de los más tristes. Lola falleció allí en 1994 y apenas 15 días después su hijo Antonio también se iba, sin poder superar la falta de su madre. Cinco años después, en 1999, nos dejaba 'El Pescaílla'. Entonces El Lerele, situado en La Moraleja, quedaba en manos de sus hijas, aunque Lolita vendió su parte a su hermana y ha sido Rosario quien se ha hecho cargo de ella en los últimos años (la reformó hace apenas dos años) (Imagen: Idealista)