La joven actriz ha revelado un importante aspecto sobre su vida privada que desconocíamos de ella: es sorda. Millie nació con un problema de audición grave en uno de sus oídos y, tras varios años de tratamiento, la actriz perdió su capacidad de escucha totalmente. Sin embargo, su condición no supuso ningún tipo de inconveniente a la hora de perseguir sus sueños, entre los que, además su pasión por la interpretación, también se encuentra el de cantar.
“Empiezo a cantar y, si sueno mal o desafino, no me importa, porque estoy haciendo una de las cosas que más me gustan. No hace falta que seas bueno cantando. Tampoco tienes por qué ser bueno bailando o actuando. Si te gusta hacerlo, si realmente te diviertes haciéndolo, entonces hazlo. Nadie debería detenerte”.