Después de tres años de batalla legal, los tribunales franceses dieron la razón a Soudant al estimar que los retrasos en las obras eran únicamente imputables a la sociedad que la gestionaba. Esta decisión no supone el final del litigio entre ambas partes, ya que la artista estima que Pitt, quien reclama como propia la concepción de la iluminación de los cuatro edificios, se ha apropiado ilícitamente de sus derechos de autor.